Por el corresponsal especial de Xinhua Chen Dong
A BORDO DEL TIANGONG-2, 31 oct (Xinhua) -- Hoy es 30 de octubre, mi duodécimo día a bordo del Tiangong-2. Soy el corresponsal espacial de Xinhua Chen Dong.
Me gustaría hablarles sobre los experimentos cardiovasculares en nuestra órbita sin gravedad, o como llamamos a todo el proceso el "experimento CDS", que sigue los cambios de nuestros cuerpos mientras estamos en órbita.
El aparato de CDS se parece a un cable de electrocardiógrafo con cuatro electrodos pegados a nuestros cuerpos. Mide cosas como nuestro ritmo cardíaco y la presión sanguínea. El aparato que mide nuestra presión sanguínea se pone en nuestro brazo justo como lo haría un doctor en la Tierra para medir la presión sanguínea de un paciente. Además, hay un sensor que mide la respiración. Está envuelto en una bolsa negra que nos colgamos de nuestros cuellos para medir nuestra respiración con el pecho y la respiración con el vientre.
También hay otro instrumento, bastante curioso por cierto, que estoy seguro que muchos de ustedes no han oído hablar de él. Se llama aparato de láser Doopler. Es un aparato que mide la microcirculación de nuestros vasos sanguíneos. Hasta donde sé, es la primera vez que China lo prueba en el espacio.
La mayor diferencia entre un experimento CDS en el espacio y en la Tierra es el ultrasonido. Bajo gravedad cero, nuestros órganos son desplazados ligeramente. Como resultado, los órganos que son fáciles de encontrar en la Tierra son mucho más difíciles de hallar cuando nos encontramos en el espacio. Debemos tenerlo en cuenta y mover los cables en consecuencia.
Los datos que estamos generando y revisando son usados sobre todo para supervisar la diferencia entre nuestros índices corporales aquí arriba y en la Tierra: estamos intentando encontrar los que cambian y los que no. Estos valiosos datos serán analizados posteriormente por el personal de la Tierra y nos dará una fotografía clara de los sutiles cambios que ocurren en un entorno sin gravedad. Me gustaría compartir un interesante descubrimiento: Normalmente, en la Tierra, nosotros sólo tenemos una arteria en (cada parte de) nuestros cuellos. Pero en el espacio son dos. A principios de la misión me equivoqué al identificar el vaso sanguíneo, porque la vena de detrás de nuestra arteria se volvió más gruesa en el espacio.
Hay muchas cosas que había asumido antes de subir aquí arriba que se han demostrado incorrectas. Por ejemplo, imaginé que habría una vista completa, circular y brillante de la Tierra, con el espacio extenso y oscuro como telón de fondo. De hecho, no estamos lo suficientemente lejos para esto, por lo que desde la portilla, sólo veo parte de la Tierra.
Otro descubrimiento para mi es mi fuerza sobrehumana recién adquirida, ya que puedo manejar cosas pesadas mucho más fácilmente aquí arriba que en la Tierra. Por ejemplo, una pieza pesada de equipamiento en la Tierra podría necesitar entre dos y tres personas para acarrearla e instalarla en la pared de la cápsula. Pero en el espacio, sólo tocándola suavemente con una mano o dos dedos, puedo moverla como quiera. Mientras siento que mi fuerza se ha incrementado de repente por estar en el espacio, lo que no es el caso, por desgracia. De hecho, son las cosas las que han perdido peso. Creo que en el espacio sería más fácil batir todos los récords del mundo de levantamiento de pesas.
He vivido en el espacio menos de quince días y todavía sigo aprendiendo. Espero, amigos míos, compartir todas las nuevas experiencias con ustedes.
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