LAS VEGAS, 19 oct (Xinhua) -- El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, enfrentará un difícil desafío en el último debate de hoy: golpear duramente a Clinton por su presunta corrupción y al mismo tiempo mostrarse presidenciable.
El debate se produce unos días antes del 8 de noviembre, día de la elección, y en medio de nuevas acusaciones de corrupción de Clinton, pero aprovechar esto de manera que la campaña de Trump salga beneficiada podría no resultar fácil para el multimillonario.
Ciertamente, Trump tuvo momentos en los que pareció "presidenciable", como cuando pronunció discursos serios sobre políticas en seguridad nacional y economía en los meses recientes. Pero fueron discursos leídos por el candidato, quien se apegó al guión.
Pero cuando improvisa, Trump se mete con frecuencia y con facilidad en problemas y a menudo hace declaraciones insultantes que alejan a los votantes moderados, quienes buscan un candidato al que puedan imaginar en la Casa Blanca.
Normalmente, los votantes estadounidenses emiten su voto con base en su percepción de un candidato y ahí es donde está el problema de Trump.
Aunque sus simpatizantes más firmes lo adoran porque ven un candidato que se burla de la clase dirigente en Washington, los votantes más moderados y los independientes ven un candidato repugnante que parece más un artista del espectáculo que presidente.
Trump no puede ganar sólo con los votos de sus simpatizantes más duros y el candidato tiene que ampliar su atractivo al acercarse el día de la elección, señalan los expertos.
"El mayor obstáculo de Trump es superar el umbral de la aceptabilidad como presidente", dijo a Xinhua Darrell West de la Brookings Institution.
Trump tiene que asegurar a la gente que está a la altura del puesto, que sabe lo suficiente como para tomar decisiones inteligentes y que tiene el temperamento apropiado para ser presidente, dijo West.
"Los sondeos de opinión pública muestran que más del 60 por ciento de los votantes consideran que Trump no es apto para ser presidente. El candidato tiene que abordar esta inquietud demostrando que comprende el cargo y que tiene la capacidad para manejarlo", dijo West sobre la manera en que Trump debe manejarse en el debate de hoy.
Dan Mahaffee, analista del Centro para el Estudio de la Presidencia y el Congreso, dijo a Xinhua que aunque Trump tuvo un buen desempeño en el debate anterior, no logró atraer a los votantes moderados.
"Los moderados, tanto republicanos como independientes, son repelidos por su temperamento y su enfoque de política", dijo Mahaffee.
"Además, la constante cadena de acusadoras que describen las agresiones sexuales de Trump sigue manteniendo la historia en las primeras planas de los diarios y sigue consolidando el voto contra Trump entre los moderados y los simpatizantes de Hillary", dijo Mahaffee.
Trump seguirá tratando de cobrar fuerza entre su base populista, pero su enfoque indica en gran medida que su estrategia podría ser bajar el apoyo para Clinton más que ampliar el suyo.
"Este enfoque tiene sus límites pues se combina con sus otros escándalos para limitar el apoyo entre los votantes de las circunscripciones electorales indecisas y ahora vemos a estados tradicionalmente republicanos como Utah, Arizona y Georgia volverse más competidos aunque las encuestas nacionales parezcan cercanas", dijo Mhaffee.
Clinton, por su parte, podría tratar de encontrar un equilibrio entre encender a sus bases y ampliar el apoyo para atraer a más votantes moderados contrarios a Trump, dijo Mahaffee.
Julian Zelizer, profesor de historia de asuntos públicos de la Universidad de Princeton, dijo a Xinhua que en el último debate, Trump logró animar a sus bases, "pero no hizo nada para ampliar el apoyo a su favor y, junto con las acusaciones en su contra, el apoyo en los estados indecisos ha disminuido", dijo.
Zelizer agregó que el debate de hoy es muy importante. "Estos debates han adquirido una importancia adicional sólo por lo impredecibles que son y por la cantidad de personas que los ven", dijo.
A pesar de las controversias por los comentarios sexistas de Trump grabados hace algunos años y a pesar de su presunto acoso sexual, nueva información sobre Clinton podría dar a Trump algunas municiones en el debate de hoy.
WikiLeaks dio a conocer mensajes electrónicos en los que el presidente de la campaña de Clinton, John Podesta, insulta a los católicos y sugiere el cambio por parte del Estado de algunas de las creencias más importantes de la religión.
Las declaraciones generaron un alboroto entre los líderes católicos, los grupos de derechos católicos y los medios conservadores.
WikiLeaks también dio a conocer evidencias a principios de esta semana de que uno de los principales asesores de Clinton en el Departamento de Estado trató de lograr un acuerdo poco ético con el FBI.
