La judoca argentina Paula Pareto, quien ganó hoy el primer oro olímpico para América Latina en Río de Janeiro, aseguró que "se dio algo soñado" con su victoria en la categoría hasta 48 kilogramos.(Xinhua/Wu Wei)
BUENOS AIRES, 6 ago (Xinhua) -- La judoca argentina Paula Pareto, quien ganó hoy el primer oro olímpico para América Latina en Río de Janeiro, aseguró que "se dio algo soñado" con su victoria en la categoría hasta 48 kilogramos.
"No lo puedo creer", dijo la deportista, de 30 años, luego de superar en la final a la surcoreana Bokyeong Jeong, y convertirse en la primera deportista argentina de la historia en colgarse dos medallas olímpicas en disciplinas individuales.
Pareto ratificó que su apodo de "La Peque" (mide 1,50 metros) le queda chico, al convertirse este sábado en una gigante del deporte argentino, luego de conquistar el bronce en Beijing 2008 y ser campeona mundial en su categoría.
"Sabía que era muy complicado. Estoy más que feliz", declaró la judoca a los medios de prensa argentinos.
La deportista dijo que "la fe" y "la esperanza de saber que se puede" fueron vitales en su coronación.
"Hoy me voy a dedicar a disfrutar, no sé lo que viene", agregó.
Paula Pareto ganó sus tres primeros combates (a la rusa Irina Dolgova, a la húngara Eva Csernoviczki y a la japonesa Ami Kondo) y venció en la definición por el oro a la surcoreana Bokyeong Jeong.
Graduada de la carrera de Medicina en 2014, la deportista de 30 años dijo en entrevista a Xinhua antes de viajar a Río de Janeiro que su meta era dar lo mejor de sí.
"Aspiro a ganar la primera lucha y después ir viendo cómo se suceden las cosas", indicó.
Este objetivo lo cumplió a rajatabla y le valió una medalla dorada.
Nacida en San Fernando, en el norte de Buenos Aires, Pareto comenzó a practicar judo a los nueve años de edad junto a su hermano menor y rápidamente logró destacarse al representar al club Estudiantes de La Plata.
Su primera actuación trascendente llegó a los 21 años en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, Brasil, cuando alcanzó la medalla de bronce en la categoría hasta 48 kilogramos.
Ya en Beijing 2008 había tocado el cielo con las manos, cuando le dio al judo argentino la primera medalla de la historia.
La deportista comentó que siempre habla con su psicólogo "sobre manejar las presiones, la concentración y la respiración".
"Yo no tengo ninguna presión, porque el judo no es un deporte de marca y puede ganar y perder cualquiera. Me puedo basar en mis resultados y sería genial, pero arranco todas las competencias de cero y me enfoco en lo que hay que hacer", explicó.
Una de las máximas esperanzas de medalla de la delegación de 213 atletas argentinos ya alcanzó, con creces, su propósito, y alienta a sus compatriotas a continuar por este camino.