Imagen del 17 de mayo de 2016 de personas navegando en una embarcación durante el rally de lanchas rápidas, en la ciudad de La Habana, capital de Cuba. El miércoles cumple su primer año la histórica reapertura de las embajadas de Estados Unidos de América y Cuba, que restableció las relaciones diplomáticas después de medio siglo de distanciamiento. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Por Noemí Galbán
LA HABANA, 19 jul (Xinhua) -- El pueblo cubano aprecia los avances en las relaciones con Estados Unidos, pero pide mayor celeridad en el proceso, de acuerdo con opiniones recogidas en las calles por Xinhua.
La reapertura de las embajadas de Cuba en Washington y viceversa el 20 de julio de 2015, luego de que en 1961 Estados Unidos rompió de manera unilateral las relaciones diplomáticas con la isla, fue un hecho de gran significación que oficializó el anuncio realizado siete meses antes por Raúl Castro y Barack Obama.
Un año y medio de conversaciones secretas antecedieron la noticia difundida el 17 de diciembre de 2014 por ambos mandatarios, cuando dieron a conocer al mundo la decisión de los dos gobiernos de iniciar el proceso de normalización de los vínculos bilaterales, hasta entonces inexistentes y ceñidos por un carácter hostil.
La apertura abrió una nueva etapa para la historia de ambos países que el pueblo cubano valora en su generalidad como un paso favorable, el cual puede aportar al desarrollo económico de La Habana y contribuir a develar el mito que circunda la realidad de una nación decidida a construir una sociedad socialista con características propias.
"Ver izar nuestra bandera en la embajada en Washington por primera vez en 55 años de una manera digna y soberana, es una imagen que nunca olvidaré. Ese acto selló el compromiso de los dos Estados de avanzar en el proceso de normalización de las relaciones", opinó Lisbell Alonso.
Al ser entrevistada por Xinhua, la abogada residente en la capital cubana también consideró que ese paso demostró la voluntad de no retroceder en este acercamiento mutuo, así como reconocer y valorar las capacidades, proyectos políticos, modelos económicos y peculiaridades sociales de cada parte.
"Fue un pacto entre caballeros, donde el respeto a las diferencias se impuso a las pretensiones abiertas de conquista y dominación por parte de Estados Unidos que habían marcado los precarios nexos con Cuba", afirmó.
En ese sentido todos los encuestados por Xinhua coincidieron en destacar la significación política que implica el restablecimiento oficial de los vínculos diplomáticos bilaterales, primer escalón en el largo y complejo proceso de normalización de relaciones.
No obstante, en su totalidad los entrevistados consideraron que ese progreso en el plano político no ha tenido el mismo impacto y nivel de desarrollo en el área económica.
"Creo que hasta que no se tomen un grupo de decisiones que conlleven a un acercamiento sobre todo en política económica y financiera, se levante la restricción del bloqueo y se empiecen a conversar otros temas con mayor profundidad y responsabilidad, no veremos grandes pasos de avance", opinó Jesús Arturo Gancedo.
El trabajador del sector privado caribeño cuestionó las verdaderas intenciones de la Casa Blanca que incluso permitió en marzo pasado a La Habana utilizar el dólar estadounidense para hacer sus transacciones internacionales, sin embargo aún no se ha podido hacer efectivo este tipo de operaciones.
"No hemos visto lo que deseamos porque ante todo necesitamos que nos quiten el bloqueo, si eso no existiera, este país fuera maravilloso porque tiene un sistema político y social que cuida mucho al pueblo", indicó por su parte Deysi Hernández.
La jubilada residente en la capital señaló además que persiste la prohibición de que los estadounidenses viajen como turistas a la nación caribeña, al igual que las limitaciones para la compra de bienes de todo tipo en el mercado estadounidense y la exportación de los productos cubanos hacia ese país.
José Oscar Cárdenas, trabajador estatal, lamentó la decisión del Congreso de Estados Unidos de retirar la discusión de dos enmiendas que permiten a los ciudadanos de ese país viajar libremente a Cuba y viabilizar el comercio agrícola con la isla sin las actuales condiciones de pago en efectivo y por adelantado.
"Ha habido progresos, buenas intenciones de ambas partes pero hay que suprimir estas cuestiones dentro de esa relación que queremos que exista para que haya más comunicación, entendimiento y llegar a lo que deseamos todos, convivir en paz y con respeto", subrayó.
El reclamo unánime de los cubanos es que el acercamiento entre ambos países se traduzca en una mejoría en la calidad de vida de los habitantes de esta isla.
Diversos son los enfoques relacionados con este anhelo, porque mientras para la mayoría esto se vincula directamente con el aspecto económico, para otros radica en mayores posibilidades para intercambiar y compartir las familias, separadas desde hace años debido a cuestionables políticas migratorias promovidas por Washington.
"Este paso es muy importante por la unión que va a existir en la familia cubana, al facilitar el reencuentro entre los que se fueron a vivir a Estados Unidos y los que se quedaron. Durante mucho tiempo hemos sufrido problemas de comunicación pero ahora esperamos que todo mejore", apuntó el joven Daniel Bermúdez.
Del mismo modo, Francisco Grass reconoció que el mayor logro hasta el momento es el acercamiento cultural entre los dos pueblos que se ha materializado a través de visitas de delegaciones oficiales, culturales, deportivas, académicas, científicas y estatales de ambos países.
"Aunque en otras áreas como la economía van a un ritmo más lento del esperado. El pueblo cubano aspira que esta relación contribuya a incrementar las bases de nuestra economía a través de un intercambio fructífero y productivo que provea de estabilidad y progreso al país", acotó el jubilado capitalino.
