Científicos de Reino Unido, España y México detectan futuro combustible en plantas energía de fusión nuclear

Spanish.xinhuanet.com   2016-07-05 12:21:17

MEXICO, 4 jul (Xinhua) -- Científicos de Reino Unido, España y México detectaron en la nebulosa planetaria IC418, mejor conocida como espirógrafo, un futuro combustible (helio-3) en plantas de energía de fusión nuclear.

Se trata de un gas estable, no radiactivo, pero sí muy raro de encontrar en nuestro planeta, su presencia en estado natural es casi nula. Por ello, la mayor parte debe fabricarse en laboratorios a un gran costo, y alcanza un precio de 4.000 y 5.000 dólares estadounidenses el litro, informó hoy la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El helio-3 es un gas que, en la Tierra, tiene el potencial de ser utilizado en el futuro como combustible en plantas de energía de fusión nuclear, y es crucial para el uso en técnicas de criogenia y de imagen médica.

El descubrimiento, realizado con un gran radiotelescopio de 70 metros, ubicado en Madrid, España, podría ayudar a los científicos a comprender más sobre la historia de este elemento.

Pero no sólo eso, también contribuiría a entender mejor cómo evolucionan las estrellas.

"Sabemos la historia a gran escala, pero no estamos totalmente seguros de lo que pasa con las reacciones nucleares que ocurren en ellas. Aún nos falta entender, bien a bien, cómo funciona nuestro Sol", subrayó Christophe Morisset, del Instituto de Astronomía de la UNAM.

El helio-3 es un isótopo ligero del elemento químico helio. Es decir, el helión, o núcleo de su átomo, está constituido por dos protones y un solo neutrón, en contraste con el helio ordinario (helio-4), que tiene dos neutrones, explicó el científico.

La única manera de obtenerlo es mediante la desintegración del tritio, un isótopo natural del hidrógeno, pero que también se produce en la industria nuclear militar. "También se usa en medicina, por ejemplo, para estudios en los pulmones, y en personas con cáncer o asma", añadió Morisset.

Una aplicación futura y de largo plazo podría ser utilizar He-3 para producir energía que se transforme en electricidad mediante la fusión con deuterio, otro isótopo del hidrógeno. Dicha fuente de luz sería bastante eficiente y no contaminante.

El He-3, acotó Morisset, se genera en estrellas como el Sol, es decir, de baja masa, entre una y dos veces su tamaño. Al final de la vida de esos soles, la mayor parte de su materia y el gas que producen son expulsados y forman una nebulosa planetaria, al centro queda la llamada enana blanca, que es una estrella chiquita, poco masiva y bastante caliente.

En el caso de nuestro Sol, "brilla porque en su centro se presentan reacciones nucleares, y uno de los productos de esa nucleosíntesis es el He-3, que es arrastrado hacia el medio interplanetario, con ayuda del viento solar", expuso el universitario.

Por suerte para nosotros, resaltó, este viento no nos toca directamente en la Tierra, protegida por su campo magnético y su atmósfera. Pero en la Luna, donde no existen esas "protecciones", sí impacta y ha dejado en la superficie millones de toneladas del preciado gas.

  
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Científicos de Reino Unido, España y México detectan futuro combustible en plantas energía de fusión nuclear

Spanish.xinhuanet.com 2016-07-05 12:21:17

MEXICO, 4 jul (Xinhua) -- Científicos de Reino Unido, España y México detectaron en la nebulosa planetaria IC418, mejor conocida como espirógrafo, un futuro combustible (helio-3) en plantas de energía de fusión nuclear.

Se trata de un gas estable, no radiactivo, pero sí muy raro de encontrar en nuestro planeta, su presencia en estado natural es casi nula. Por ello, la mayor parte debe fabricarse en laboratorios a un gran costo, y alcanza un precio de 4.000 y 5.000 dólares estadounidenses el litro, informó hoy la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El helio-3 es un gas que, en la Tierra, tiene el potencial de ser utilizado en el futuro como combustible en plantas de energía de fusión nuclear, y es crucial para el uso en técnicas de criogenia y de imagen médica.

El descubrimiento, realizado con un gran radiotelescopio de 70 metros, ubicado en Madrid, España, podría ayudar a los científicos a comprender más sobre la historia de este elemento.

Pero no sólo eso, también contribuiría a entender mejor cómo evolucionan las estrellas.

"Sabemos la historia a gran escala, pero no estamos totalmente seguros de lo que pasa con las reacciones nucleares que ocurren en ellas. Aún nos falta entender, bien a bien, cómo funciona nuestro Sol", subrayó Christophe Morisset, del Instituto de Astronomía de la UNAM.

El helio-3 es un isótopo ligero del elemento químico helio. Es decir, el helión, o núcleo de su átomo, está constituido por dos protones y un solo neutrón, en contraste con el helio ordinario (helio-4), que tiene dos neutrones, explicó el científico.

La única manera de obtenerlo es mediante la desintegración del tritio, un isótopo natural del hidrógeno, pero que también se produce en la industria nuclear militar. "También se usa en medicina, por ejemplo, para estudios en los pulmones, y en personas con cáncer o asma", añadió Morisset.

Una aplicación futura y de largo plazo podría ser utilizar He-3 para producir energía que se transforme en electricidad mediante la fusión con deuterio, otro isótopo del hidrógeno. Dicha fuente de luz sería bastante eficiente y no contaminante.

El He-3, acotó Morisset, se genera en estrellas como el Sol, es decir, de baja masa, entre una y dos veces su tamaño. Al final de la vida de esos soles, la mayor parte de su materia y el gas que producen son expulsados y forman una nebulosa planetaria, al centro queda la llamada enana blanca, que es una estrella chiquita, poco masiva y bastante caliente.

En el caso de nuestro Sol, "brilla porque en su centro se presentan reacciones nucleares, y uno de los productos de esa nucleosíntesis es el He-3, que es arrastrado hacia el medio interplanetario, con ayuda del viento solar", expuso el universitario.

Por suerte para nosotros, resaltó, este viento no nos toca directamente en la Tierra, protegida por su campo magnético y su atmósfera. Pero en la Luna, donde no existen esas "protecciones", sí impacta y ha dejado en la superficie millones de toneladas del preciado gas.

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