Por Juan Manuel Nieves
BUENOS AIRES, 7 jun (Xinhua) -- Argentina debe mejorar la productividad de su industria manufacturera, algo que ya consiguió en el sector agroindustrial, para poder ser competitiva a nivel internacional, enfatizó hoy el analista Jorge Castro.
El director del Instituto de Planeamiento Estratégico (IPE) recibió a Xinhua en sus oficinas en el centro de Buenos Aires (capital), donde se refirió a la planificación adecuada para que el país logre insertarse en la economía global.
El especialista también se refirió en la entrevista a la influencia del sector agroexportador y a la impostergable necesidad de aumentar su competitividad.
¿Cuál es la planificación estratégica a largo plazo que considera sensata para Argentina, adaptándose mejor a la economía global de acuerdo con sus propias realidades, tanto económica como social?Consultó esta agencia.
"Lo primero es profundizar la especialización agroalimentaria. La Argentina es uno de los tres grandes productores y exportadores de agroalimentos, en un momento en que se duplica la demanda de esos productos. Debe acentuar en forma deliberada lo que se refiere a su especialización como gran productor agroalimentario", planteó Castro.
El experto remarcó, como "segundo punto, el de atraer en gran escala la inversión de las empresas transnacionales y dirigirlas al desarrollo de la infraestructura, a la modernización, al aumento de la productividad en la industria manufacturera, que es bajísima en la Argentina".
En tercer lugar, el director del IPE se refirió a "un aumento de la calificación de las fuerzas de trabajo, con una inversión en gran escala en educación".
Argentina es el tercer exportador mundial de porotos (granos) de soya, el primer exportador mundial de harina de esta leguminosa, el primer exportador en el mundo de aceite del alimento y el segundo exportador mundial de biodiésel con base a aceite de soya.
El analista abordó entonces la posibilidad de que la dependencia del país sobre el complejo de exportaciones agrícolas pueda ser una debilidad de su estructura económica, lo que descartó.
"En el mundo capitalista del Siglo XXI no hay ventajas competitivas que no surjan de ventajas comparativas, sobre todo en lo que se refiere al mundo de las materias primas", y "Argentina, en términos de ventajas comparativas, reúne las mejores condiciones del sistema mundial", dijo Castro.
El especialista añadió que "el cambio tecnológico del sector en los últimos 20 años, ha logrado convertir esas ventajas comparativas únicas en ventajas competitivas de nivel mundial, sólo comparables con la capacidad de aumento de la producción de Estados Unidos".
"A las ventajas comparativas fundamentales, tradicionales de la Argentina, esto es el espacio de producción de agroalimentos más amplio y rico en términos de fertilidad del mundo, la pampa húmeda, la Argentina agrega puertos de mar a menos de 250 kilómetros", dijo.
A ello se suma "una revolución tecnológica en los últimos 20 años, sobre todo en lo que se refiere a la utilización de semillas genéticamente modificadas y la producción con un sistema especial para utilizar la tierra sin necesidad de fracturarla ni de arados", señaló.
El titular del IPE se refirió también a la forma en la que el país austral podría aumentar la competitividad de su industria para dar mayor valor agregado a sus exportaciones.
"Lo primero que hay que advertir, es que más de dos tercios de las exportaciones argentinas son productos agroalimentarios, encabezados por las manufacturas de origen agropecuario, ante todo los aceites, y por los 'commodities' (bienes primarios) agrícolas, granos para la alimentación animal, soya, harina de soya y maíz", señaló.
Sostuvo que "la producción industrial de Argentina muestra una balanza comercial internacional deficitaria en más de 32.000 millones de dólares el año pasado, lo que significa que la producción industrial de la Argentina está orientada en su mayor parte al mercado interno".
"La razón por la que no exporta es su bajísimo nivel de productividad, salvo el sector de la industria automotriz, que es totalmente transnacional y dirige más del 80 por ciento de sus exportaciones a un solo mercado, Brasil", puntualizó.
El desafío para la nación "es incrementar su productividad y, en consecuencia, las exportaciones, porque en el mundo de hoy no exporta el que quiere, sino exclusivamente el que tiene un nivel de productividad lo suficientemente elevado para competir".
"El punto crítico es en qué momento y de qué forma la industria manufacturera argentina logrará los niveles de productividad logrados en los últimos 20 años por la producción agropecuaria", sostuvo.
De acuerdo con el analista, "en orden de importancia, lo primero para aumentar la productividad es dar un salto en materia de inversión en la infraestructura del país, sobre todo en la zona deprimida de la economía y la sociedad, que es el norte y el noroeste".
"Lo segundo que cabe advertir, es que la prioridad en materia de inversiones está en la mejora del capital humano de la Argentina, esto es, inversión en educación con un objetivo específico, aumentar el nivel de calificación de la fuerza de trabajo", expresó.
Mencionó, además, un aumento en la inversión en innovación tecnológica, lo que ya se ha hecho en los últimos años, "poniendo el acento (...) en la transferencia de esas investigaciones de alta tecnología hacia la producción industrial y en general hacia la sociedad".