CHONGQING, China, 1 jun (Xinhua) -- Un par de zapatos de fútbol son la posesión más preciada de Ma Shitong, de 12 años de edad. Cada mañana antes de irse a la escuela, los limpia con cuidado y los pone en su mochila.
"Sólo tengo un par de zapatos de fútbol y sólo los uso para entrenar. Jamás los usaría durante el día porque el desgaste rompería la tela", dijo Ma, una de las 56 niñas que juegan fútbol en la Escuela Primaria del poblado Sanhe, localizado en el distrito de Shizhu, en Chongqing, suroeste de China. El equipo de fútbol de niñas de la escuela es uno de los mejores en la provincia.
Ma es una niña que tuvo que quedarse con su abuela porque sus padres, trabajadores migrantes, laboran en fábricas en la provincia de Zhejiang, a unos 1.500 kilómetros de distancia. Ma y su abuela no tienen dinero suficiente para comprar otros zapatos. La niña tiene un par de alpargatas más baratas que utiliza cuando no entrena. Le quedan chicas, pero no le importa.
Este verano es un momento crucial para Ma. A su amiga Li Chunju le ofrecieron un lugar en una secundaria del centro de la municipalidad de Chongqing, y Ma desea lo mismo.
"Tengo que entrenar duro y superarme antes de poder ir a una escuela mejor", dijo Ma.
La escuela del poblado formó un equipo femenil de fútbol en 2012. Las mujeres de Chongqing son conocidas por lo picante de su comida y por su carácter tenaz. Las niñas aldeanas que crecieron en las montañas son sanas y activas, así que la escuela decidió ofrecerles un programa de acondicionamiento deportivo, dijo el director de la escuela, Sun Xiaoming.
"Las niñas de la aldea podrán ser más pequeñas y más delgadas que sus pares urbanas, pero tienen mayor resistencia y entrenan más duro. Nuestro equipo se ha desarrollado rápido en los últimos tres años y ahora algunas de nuestras niñas son las mejores jugadoras de Chongqing", dijo Sun.
Ocho niñas han recibido ofertas de buenas escuelas, incluida la secundaria afiliada a la Universidad del Suroeste, explicó el director. En un partido de fútbol a nivel municipal el año pasado, la Escuela Primaria del poblado Sanhe venció a la Escuela Primaria de Datianwan, que es una academia de fútbol.
En un partido amistoso entre Sanhe y Datianwan el martes, las niñas empataron a cero.
"Las niñas de Sanhe son muy fuertes y difíciles de vencer. Las niñas urbanas aprenderán del espíritu diligente de sus oponentes", dijo Gao Changhai, entrenador de fútbol de Datianwan.
Normalmente es difícil que las niñas rurales obtengan un lugar en una escuela urbana, dijo el director Sun.
"La mayoría de las niñas rurales, al concluir su educación secundaria simplemente se casan o hallan un trabajo. El fútbol les ha dado una oportunidad de ampliar sus horizonte. Ellas pueden estudiar en la ciudad, ir a la universidad y hasta convertirse en jugadoras profesionales", agregó Sun.
Ma Lingqiao, una alumna de sexto grado, desea ser alguien como el astro argentino Lionel Messi. "No soy alta, pero soy muy ágil", expresó la pequeña.
Su compañera Ran Yufeng puede terminar una carrera de ida y vuelta de 400 metros en menos de un minuto y 40 segundos. "Mi entrenador dice que tengo talento. Quiero estar en la selección nacional cuando crezca", dijo Ran.
Las niñas pasan al menos dos horas diarias entrenado y casi no descansan los fines de semana.
La escuela Sanhe tiene ahora cuatro entrenadores de fútbol y regularmente envía a las niñas a los clubes de fútbol en Chongqing para que puedan entrenarlas mejor.
"Aun si estas niñas no se vuelven jugadoras profesionales, sus vidas serán diferentes gracias al fútbol", dijo el director Sun.
