BAGDAD, 20 may (Xinhua) -- Las autoridades iraquíes suspendieron hoy el toque de queda impuesto con anterioridad en Bagdad, capital del país, después de que cientos de seguidores del clérigo chiita Moqtada al-Sadr irrumpieron en la muy resguardada Zona Verde para exigir reformas y un nuevo gobierno.
La oficina del primer ministro Haider al-Abadi indicó que Al-Abadi, también comandante en jefe de las fuerzas armadas, emitió la orden de suspender el toque de queda impuesto en Bagdad, pero no dio más detalles.
La decisión de Al-Abadi se produce después de que los seguidores de Al-Sadr se retiraron en la noche de la Zona Verde, donde se encuentran oficinas del gobierno y algunas embajadas de otros países.
Durante la tarde, los seguidores de Al-Sadr atravesaron las barreras de seguridad en el puente Jamhouriyah y marcharon a la puerta principal de la Zona Verde. Las fuerzas de seguridad que vigilaban la zona dispararon al aire y arrojaron gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.
A pesar de la intensa resistencia de las fuerzas de seguridad que protegían las principales puertas a la Zona Verde, los manifestantes lograron entrar al complejo del primer ministro, incluyendo a su oficina, mientras decenas más entraban a muchas oficinas del gobierno circundantes.
La violación de la zona gubernamental motivó al comando de operaciones de Bagdad, responsable de la seguridad en la capital iraquí, a anunciar un toque de queda en Bagdad hasta nuevo aviso. También se intensificaron las medidas de seguridad y las tropas bloquearon las entradas a Bagdad.
La irrupción en el distrito restringido dejó al menos 120 heridos, incluyendo muchos elementos de seguridad, por las balas reales y el gas lacrimógeno utilizado por las fuerzas de seguridad para dispersar a los manifestantes, según los más recientes informes citados por una fuente de seguridad.
Después de los enfrentamientos, el comando de operaciones conjuntas indicó en una declaración que "las fuerzas de seguridad tienen pleno control de la Zona Verde después de los lamentables acontecimientos" luego de que grandes refuerzos militares llegaron a la zona de gobierno.
A finales del mes pasado, los seguidores de Al-Sadr irrumpieron en la zona gubernamental y ocuparon el edificio del Parlamento, pero se retiraron para dar tiempo a los partidos políticos para acordar las reformas exigidas por los manifestantes.
Una serie de intentos fallidos de reforma han paralizado a las autoridades iraquíes mientras el país continúa su combate contra el grupo militante Estado Islámico, el cual controla vastas extensiones de territorio en el norte y oeste de Irak.
El país también tiene la acuciante necesidad de responder a una crisis económica causada por el desplome del precio mundial del petróleo.
