RIO DE JANEIRO, 10 may (Xinhua) -- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró hoy que está "cansada de los desleales y los traidores, pero no de luchar", un día antes de que el Senado vote si le abre o no un juicio político con miras a su destitución por irregularidades fiscales.
"Quiero decirles que no estoy cansada de luchar. Estoy cansada de los desleales y de los traidores. Estoy convencida que Brasil también está cansado de los desleales y traidores, y es éste cansancio el que impulsa mi lucha cada día más", aseguró Rousseff en lo que puede ser su último acto público como presidenta del país.
La mandataria volvió a decir que es víctima de "un golpe" liderado por dos personas.
"Tenemos que dar nombres a los bueyes. Este es un proceso (de impeachment) conducido por el expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y por el vicepresidente (Michel Temer). Los dos proporcionaron al país esta especie moderna de golpe, un golpe hecho rasgando nuestra Constitución", afirmó.
Rousseff fue interrumpida varias veces por el público, mayoritariamente femenino, que no pararon de entonar "no habrá golpe, habrá lucha". La presidenta reiteró que es víctima de una injusticia.
"La historia mostrará como el hecho de ser mujer me volvió más resistente, más luchadora. Querían que renunciara, y jamás pasó por mi cabeza la renuncia. Sólo en su cabeza, no en la mía. Por qué digo esto? Porque soy una figura incómoda. Soy incómoda porque mientras permanezca en pie, de cabeza levantada, honrando mujeres, quedará claro que cometieron contra mi una innombrable injusticia", agregó.
"Es un momento muy importante y decisivo para la democracia brasileña" y también para "la historia de este país, que dirá cuánto de violencia contra la mujer y de prejuicio ha habido en todo este proceso ilegal", explicó, asegurando que no ha cometido ningún crimen de responsablidad.
Según Rousseff, "uno de los componentes de este proceso ha tenido siempre base en el hecho de que sea la primera presidenta electa por el voto popular" en el país, pero "sepan que una parte de mi capacidad de resistir viene del hecho de ser mujer", añadió.
La aún presidenta de Brasil atacó a su eventual sustituto, Michel Temer, y dijo que "los golpistas ya han dicho que van a privatizar todo", aunque advirtió que "el pueblo no lo va a permitir", y que estará en "pie de lucha" en defensa de las "conquistas sociales" obtenidas en los últimos años.
"Lo que hemos logrado es sólo el comienzo. Tenemos mucho para conquistar todavía" y "no se permitirá ningún retroceso", declaró.
Si se decide abrirle un juicio, Rousseff será apartada del cargo durante 180 días, tiempo en el que será sustituida por el vicepresidente Temer, mientrsa el Senado juzga las denuncias. Si finalmente es destituida, Temer completaría el mandato, que vence el 1 de enero de 2019.
