CARACAS, 11 abr (Xinhua) -- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, instalará el próximo martes junto a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) una Comisión para la Verdad y la Justicia, que permita esclarecer los crímenes de lesa humanidad perpetrados en este país.
Durante un acto en homenaje a las víctimas del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 en contra del entonces mandatario Hugo Chávez, Maduro indicó que esta Comisión velará por que no se repitan golpes de Estado ni protestas violentas (guarimbas).
"Voy a instalar la Comisión de la Verdad y la Justicia para la reparación de las víctimas, para la garantía de la no repetición ni de golpes de Estado ni de guarimbas, ni bombazos ni atentados", precisó Maduro.
El dignatario delegó la responsabilidad de la conformación del nuevo ente al vicepresidente Ejecutivo, Aristóbulo Istúriz, a quien consideró "un hombre de paz" dado su amplio historial en materia de esclarecimiento de crímenes suscitados durante la llamada "cuarta República".
Dijo, además, "estar decidido" a crear esta Comisión, que aseguró debe ser "plural, diversa, equilibrada" y que perseguirá el reconocimiento y la reparación a las víctimas así como la solicitud del perdón.
"He convocado a los Poderes Públicos, a Premios Nobel de la Paz internacionales, he convocado a Unasur (...) a las fuerzas del bloque de la patria y he convocado a una delegación de cuatro voceros de la oposición", expresó.
Maduro tendió su mano a la vocería opositora asegurándoles un diálogo de respeto y cordialidad en el Palacio presidencial de Miraflores.
No obstante, ratificó su contundente rechazo a la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional que aprobó el Parlamento de mayoría opositora, aseverando que si el país desea paz "esa Ley no va".
"Ellos (en la Ley) confiesan ser los autores intelectuales y materiales de todos los intentos de desestabilización, atentados terroristas y golpes de Estado en Venezuela (...) y luego pretenden dejar sin efecto los artículos del Código Penal Venezolano", subrayó.
Se refirió al opositor Leopoldo López, sentenciado por la justicia venezolana tras habérsele hallado responsable de la muerte de 43 personas durante las guarimbas llevadas a cabo durante el año 2014.
López, quien también participó en el golpe de Estado del 11 de abril, fue amnistiado en 2007 por el fallecido presidente Chávez, quien vía Ley Habilitante exculpó a algunos de los partícipes que no cometieron crímenes de lesa humanidad.
Maduro contrastó la amnistía firmada por el ex mandatario con la Ley actual impulsada por el Parlamento opositor, indicando que el instrumento firmado por el ex presidente Chávez sí estuvo "ajustado a los principios constitucionales e internacionales de respeto a los derechos humanos".
Por otra parte, el jefe de Estado venezolano acusó a su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama, de estar detrás de la política desestabilizadora en Venezuela, y de apoyar a la derecha local para un golpe de Estado.
"Creo que usted ha cometido uno de los errores más grandes al apoyar, insuflar y promover la política de desestabilización y de golpe de Estado en contra del gobierno constitucional que yo presido", dijo Maduro.
Asimismo, consideró un error la renovación del Decreto norteamericano que considera a Venezuela una "amenaza" para la seguridad de Washington, y aseguró que esta postura "le va a quedar a Obama como una mancha hasta después de dejar la presidente de Estados Unidos".
El mandatario sudamericano rememoró los sucesos del 11 de abril de 2002, cuando un grupo de militares con apoyo de medios de comunicación privados y sectores de la iglesia católica, se sublevó en contra del presidente Chávez, colocando en el poder al empresario Pedro Carmona Estanga.
Dos días después el líder socialista retomó la presidencia luego de que millones de venezolanos se agolparon en las calles para exigir su retorno, acompañados de otro grupo de militares fieles al hilo constitucional.
El gobierno de Venezuela atribuyó la conocida "intentona golpista" a sectores de la oligarquía nacional y estadounidense.
