Por Zhu Junqing
WASHINGTON, 4 mar (Xinhua) -- Con Donald Trump al frente de la carrera por la nominación republicana, la elección presidencial en Estados Unidos se ha convertido en un entretenido drama que ilustra el fallo del autodenominado estándar mundial de la democracia.
El ex secretario del Tesoro estadounidense Larry Summer opinó recientemente en un artículo: "El ascenso de Trump ilustra cómo los procesos democráticos pueden equivocar el camino y dar un giro peligrosamente tóxico cuando existe una intensa frustración económica y un recelo generalizado sobre el futuro".
De hecho, esta es un elección que desafía la tradición y va contra el sentido común y la lógica.
Trump, alguien ajeno a la política con una personalidad impulsiva y múltiples estatus sociales tales como magnate inmobiliario, jefe de un concurso de belleza y dueño de casinos, ha ganado gran popularidad, mientras que los políticos de carrera con gran experiencia y estilo van perdiendo terreno.
El hecho en sí mismo es una prueba fehaciente del fallo de la democracia en EEUU, pues la gente no elegiría a un presidente responsable para dirigir al país, sino que desahogaría su reclamo y enfado respecto a la realidad contra el gobierno y los políticos.
El ascenso de Trump podría ser además el reflejo de la difícil recuperación económica y el declive del poder geopolítico estadounidense.
Desde la crisis financiera de 2008, la economía estadounidense se ha visto afectada profundamente, y aún espera recuperarse al nivel previo a la crisis durante la presidencia de Barack Obama.
Por el contrario, la ampliación de la brecha en la riqueza, la negativa situación del desempleo y el influjo de inmigrantes ilegales han restado poder al gobierno y causado decepción entre la gente común.
Una encuesta de Gallup divulgada en enero mostró que apenas el 44 por ciento de los adultos estadounidenses dijeron estar mejor financieramente que hace un año, mientras que el 35 por ciento señaló que las cosas estaban empeorando.
Además, ante el telón de fondo del cambiante panorama geopolítico mundial, el estatus de superpotencia de Washington se ha visto constantemente desafiado, lo que ha conducido a una sensación de frustración y ansiedad entre los estadounidenses.
Las declaraciones de Trump resuenan entre sus seguidores decepcionados con el desempeño de la administración Obama en términos de política tanto nacional como exterior.