BEIJING, 23 feb (Xinhua) -- La construcción de edificios altos en los corredores de ventilación que tiene planeados Beijing se limitará de forma estricta, informaron hoy martes las autoridades.
"Dentro de la esfera de los corredores planificados, la altura y la densidad de los edificios estarán estrictamente controladas", dijo el subdirector del departamento de estudios de planificación del Instituto Municipal de Planificación y Diseño de Beijing, He Yong.
A lo largo de los corredores planificados hay muchos edificios altos y bloques muy saturados de edificios, lo que obstruye el flujo del aire. Algunas de las construcciones que están anticuadas se demolerán a medida que pase el tiempo, apuntó He.
Beijing planea crear una serie de corredores conectando grandes áreas de parques, ríos y zonas verdes. Los cinco corredores de ventilación principales tendrán un ancho de más de 500 metros y algunos corredores secundarios serán de más de 80 metros de ancho.
"Se espera que el corredor traiga aire frío de los suburbios a las zonas céntricas y arrastre el aire caliente y los contaminantes", explicó He.
Los corredores principales, diseñados de norte a sur, permitirán que los vientos septentrionales atraviesen Beijing en invierno, cuando habitualmente se producen episodios de esmog.
"Los corredores de ventilación se encuentran todavía en fase de planificación. Los funcionarios están haciendo planes para su implementación", señaló He.
El contenido de desarrollo de los corredores se incluirá en los nuevos documentos de planificación de la ciudad y servirá de guía para el futuro trabajo de planificación urbana.
Los investigadores han llevado a cabo pruebas sobre los efectos de los corredores en el área de Kunyuhe, en el noroeste de Beijing. "Los corredores de ventilación han demostrado ser efectivos para aliviar el efecto de isla de calor urbano, facilitar el flujo del aire y mitigar la contaminación atmosférica", añadió la misma fuente.
Beijing se enfrenta a una dura tarea para controlar la contaminación del aire. En 2015, la ciudad sustituyó plantas eléctricas que quemaban carbón por energías más limpias, además de cerrar y limitar la producción de más de 2.000 fábricas contaminantes.
La capital china se propone reducir los contaminantes en un 40 por ciento para el año 2020, en relación con los niveles registrados en 2013.