BARCELONA, España, 22 feb (Xinhua) -- El Congreso Mundial de Móviles (MWC, siglas en inglés), el evento más importante del mundo en tecnología de teléfonos celulares, abrió sus puertas hoy en la ciudad mediterránea de Barcelona en el noreste de España.
El rey Felipe VI acudió la víspera por la noche a la cena inaugural de bienvenida del MWC realizada en el Gran Teatro Liceu, sitio al que acudieron unos 160 invitados, incluyendo empresarios del sector, organizadores y patrocinadores.
Además del Rey, asistieron también el Ministro de Industria, José Manuel Soria; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; y el consejero delegado de la asociación operadora de celulares GSMA, John Hoffman, entre otros.
La cena fue organizada por la GSMA, entidad que representa los intereses de más de 800 operadores de móviles y más de 250 empresas del segmento, así como Mobile World Capital Barcelona.
Felipe VI resaltó en su discurso que el MWC también es fruto del esfuerzo y la voluntad de distintos gobiernos locales, entre ellos el ayuntamiento de Barcelona y el Generalitat de Catalunya, además del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
"Este es el camino para garantizar la prosperidad de todos, trabajar todos juntos teniendo siempre como objetivo el bien común", dijo.
El monarca españo expresó que "la revolución digital exige que tengamos la mente abierta, creatividad, una actitud constructiva y un espíritu innovador".
"España es un país que apuesta fuertemente por las nuevas tecnologías como mecanismo para mejorar su competitividad; un país abierto a la inversión y al pleno desarrollo de la sociedad de la información" afirmó Felipe VI.
Por undécima ocasión, la ciudad catalana se convierte en el centro de las innovaciones relacionadas con el ecosistema móvil y las compañías punteras del sector, que desde la víspera empezaron a presentar sus novedades.
Unas 2.100 compañías están presentes y se esperan más de 95.000 congresistas y delegaciones de unos 160 países.
El evento se prolongará hasta el 25 de febrero y ocupa 110.000 metros cuadrados del recinto ferial de la Gran Via en L'Hospitalet de Llobregat.
Los organizadores esperan que el evento tenga un impacto económico de 460 millones de euros (unos 506,64 millones de dólares), es decir, 5,5 por ciento más que en 2015.