Por Victoria Arguello
CARACAS, 15 dic (Xinhua) -- Un diálogo nacional entre oficialismo y oposición tras la reciente victoria de ésta en las elecciones legislativas es fundamental para resolver la situación económica del país, lastrada por el desabastecimiento y la superinflación, según opinan los expertos.
Los comicios del 6 de diciembre dejaron la victoria de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por 112 escaños (mayoría calificada) frente a los 55 del izquierdista Gran Polo Patriótico (GPP).
La oposición obtuvo dos millones de votos más que el oficialismo, un hecho sin precedentes en los últimos 16 años.
Dicho escenario invita a plantearse qué acciones emprenderán ambos bandos: el chavismo para seguir gobernando y recuperar su fuerza en la calle, y la oposición para erigirse definitivamente como una opción de gobierno mediante su nueva gestión en la Asamblea Nacional (AN).
Sin embargo, el mayor reto que enfrenta el país es la necesidad de franquear las dificultades económicas intensificadas en los últimos dos años: escasa producción nacional, inflación, desabastecimiento de rubros básicos o contrabando extractivo.
Para la socióloga Maryclein Stelling, ambas partes, ahora con poderes legítimos, deben intentar alcanzar acuerdos mínimos que permitan el desarrollo de la nación.
"La crisis económica obligará al dialogo, a tender puentes, a tomar decisiones en común. La mayoría en la Asamblea Nacional tendrá la necesidad de abordar el problema económico a través de unos acuerdos mínimos", dijo a Xinhua Stelling.
Por su parte, el politólogo y analista internacional José Luis Villegas explicó a Xinhua que la oposición se benefició del descontento social por la situación económica, ante la debilidad del gobierno "producto de un ataque que ha sufrido la economía venezolana".
"En el aspecto económico, vendrán más ataques. El barril del petróleo seguirá por debajo de 40 dólares y, además, van a ser minadas las iniciativas del gobierno en materia social", comentó Villegas.
Desde agosto del pasado año, la constante y vertiginosa caída de los precios internacionales del petróleo ha generado el detrimento económico de Venezuela, cuya entrada de divisas es dependiente en un 96 por ciento de la exportación petrolera.
Como consecuencia, la inflación se ha agravado y, de acuerdo con instancias financieras internacionales como el Banco de América y el Fondo Monetario Internacional (FMI), superará al término de este año el 170 por ciento.
Otros problemas económicos como el desabastecimiento de los productos básicos, la sobrevalorización del dólar en detrimento de la moneda local (bolívar) y los efectos de esta situación en la capacidad de ahorro invitan también a un diálogo nacional político y económico.
Los desafíos para ambas partes son múltiples.
La oposición, advierte el abogado Juan Esteban Crespo, tiene la posibilidad de definir el ritmo y la agenda del Gobierno mediante dos vías: la pacífica o la violenta.
"Si la oposición es inteligente, dentro de la legalidad convocarían una asamblea constituyente aprovechando este aluvión y respaldo del pueblo que tiene. Mi criterio es que legalmente sería su mejor estrategia y con ello pueden obtener ventaja sobre el chavismo", aseguró a Xinhua.
Según el Artículo 348 de la Constitución venezolana, la convocatoria de una asamblea constituyente puede provenir de la AN mediante acuerdo de las dos terceras partes de sus diputados, es decir, 112, los mismos que tiene la oposición.
La asamblea constituyente abre las puertas para la transformación del Estado, la creación de un nuevo ordenamiento jurídico y la redacción de una nueva Constitución inobjetable por el presidente.
De no elegir la MUD la vía pacífica, podría incurrir en un golpe de Estado parlamentario avalado por "adeptos" del poder judicial, específicamente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), explicó Crespo.
"La 'real política' nos lleva a imaginar las fuerzas o intereses que están detrás de los poderes públicos y, en el caso de que la oposición quiera emprender un golpe parlamentario, puede ganarse a un número determinado de adeptos para enjuiciar al presidente, Nicolás Maduro, sin mayores razones de causa", precisó.
Hay también una tercera vía que, a juicio del experto, sería la menos provechosa para la MUD: la derogación de leyes promulgadas por el chavismo, sobre todo cuando representan conquistas sociales como la del trabajo o los precios justos, o la creación de otras nuevas que generan polémica, como la de amnistía para opositores apresados por distintos delitos.
"Si están en la Asamblea Nacional para derogar las leyes y generar pugnas, van a perder fuerza en poco tiempo, porque ahora al no ser oposición sino ser poder se les empezarían a ver las debilidades", refirió el abogado.
No obstante, señaló que, pese a las tres opciones, la MUD aún está atomizada y no hay un liderazgo real en la oposición, lo cual podría debilitar su fuerza en la AN.
"Las fuerzas de la oposición no son homogéneas, allí hay una cantidad de tendencias y depende de quién asuma ese control se decidirá finalmente por cual vía irán", explicó a Xinhua.
Por su parte, el chavismo, frente a graves errores en materia económica y comunicativa, se enfrenta ahora la tarea de recuperar la fuerza de la calle, demostrar eficiencia en la gestión de Gobierno y recobrar la credibilidad.
Así pues, tanto la MUD como el Gobierno encaran grandes desafíos y, sin un diálogo sincero y profundo, es imposible que logren un consenso sobre cómo gestionar la economía y sobrevivir al viento de frente.