BEIJING, 18 nov (Xinhua) -- El entorno ecológico a lo largo de la vía férrea Qinghai-Tíbet, la que se encuentra a mayor altitud del mundo, está recuperándose tras los primeros cinco años de operación, dice un informe dado a conocer hoy miércoles por un instituto de investigación del país.
"Partes de las áreas están en unas condiciones cercanas o incluso mejores al estado natural de las regiones circundantes", dice un informe de evaluación de los cambios en el medio ambiente de la meseta tibetana organizado por el Instituto de Investigación del Altiplano Tibetano de la Academia de Ciencias de China.
Las medidas de protección ecológica tomadas durante y después de la construcción del ferrocarril han asegurado que se construyera como "una vía verde", según el informe.
El documento destaca que la contaminación ambiental está bajo control efectivo, y muestra que el ecosistema de vegetación alpina se ha protegido de manera efectiva, el de permahielo ha estado estable por años, las regiones de función ecológica están registrando un comportamiento correcto y el paisaje del altiplano permanece intacto.
Durante los cinco años de operación, el ferrocarril no ha tenido una obvia influencia sobre la vegetación, la composición o la disposición en las áreas a lo largo de su recorrido, de acuerdo con el informe, que afirma que no se hallaron especies externas invasoras durante su construcción.
El ferrocarril Qinghai-Tíbet, de 1.956 kilómetros de longitud y que comenzó sus servicios en julio de 2006, es la vía férrea en altiplano más elevada y más larga del mundo, y la primera que enlaza la región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China, con otras partes del país.