BEIJING, 22 oct (Xinhua) -- La inversión china en un proyecto nuclear en Reino Unido es sólo una muestra de cómo la segunda mayor economía del mundo continuará ampliando su inversión en el extranjero.
"El momento es adecuado para que China se convierta en un exportador neto de capital", indica un libro blanco sobre globalización corporativa china publicado hoy por la empresa Thomson Reuters.
Es una tendencia inevitable que la inversión directa al extranjero supere a la inversión directa extranjera en China pues los chinos están buscando nuevos canales de inversión de sus ahorros, señala el informe.
La inversión directa extranjera (IED) que China lleva a cabo ha crecido desde prácticamente cero en 2004 a cerca de 116.000 millones de dólares el año pasado, para convertirse en el tercer mayor exportador de capital del mundo. Los datos del Ministerio de Comercio muestran que la IED no financiera de China creció 16,5 por ciento interanual a 87.300 millones de dólares en los primeros tres trimestres de 2015, mientras que la IED aumentó 9 por ciento.
Aún así, la dinámica de inversión ha cambiado con los años. Con el establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS y el nuevo Fondo de la Ruta de la Seda, China está diversificando su inversión en las economías emergentes en lugar de sólo en los países desarrollados.
En los primeros tres trimestres, la IED de las compañías chinas en países a lo largo de la Franja y la Ruta aumentó 66,2 por ciento a 12.030 millones de dólares, lo que representa 15,3 por ciento de la inversión no financiera total al exterior. Singapur, Kazajistán, Laos, Indonesia y Rusia están entre los destinos de inversión más populares, de acuerdo con el Ministerio de Comercio.
Aún existe un enorme potencial para la inversión, agrega el informe.
Sin embargo, la cantidad creciente de empresas que se están expandiendo hacia el extranjero enfrentan varios riesgos. Las incertidumbres de los mercados financieros, como las fluctuaciones del tipo de cambio del RMB, una falta de protección a los derechos de propiedad intelectual en el extranjero, y el choque cultural que genera el fracaso en la administración están entre los problemas emergentes.
El mayor desafío proviene de la incertidumbre en la regulación, dijo David Liu, director administrativo de Thomson Reuters China. Además de las diversas barreras de entrada en los países en desarrollo y desarrollados, la lista de proveedores con los que una compañía extranjera puede hacer negocios está cambiando rápidamente. Más de 40.000 notificaciones reguladoras fueron actualizadas el año pasado para especificar esos términos.
Esto requiere que las empresas chinas estén conscientes del ambiente regulador en constante cambio y estudien los diversos procedimientos de revisión de seguridad de cada destino de inversión, sugiere el informe.
