Tras su llegada al Palacio de Buckingham a bordo del carruaje real británico, dorado y negro, Xi disfrutó de un almuerzo privado con la reina. Posteriormente visitó una exhibición de artículos relacionados con China, que forman parte de la Colección Real, en la galería de fotos del palacio, e intercambió recuerdos con la monarca.
La acogida entusiasta que la parte británica le ha ofrecido al presidente de China es un "paso adelante en las relaciones bilaterales" y representa "un caluroso abrazo entre Occidente y Oriente por un futuro mejor", dijo Fu Xiaolan, catedrática de tecnología y desarrollo internacional de la Universidad de Oxford.
Una estrecha cooperación entre China y Reino Unido servirá para "mejorar los niveles de vida de la gente de a pie" y "hacer que más niños vayan a escuela", dijo la estudiosa, quien confía en que "el conocimiento y la creatividad de Reino Unido" también ayuden a China a desarrollarse en el futuro.