Durante muchos años, algunos conservadores y nacionalistas japoneses han estado negando las atrocidades e inventando narraciones ridículas sobre la masacre. Aún ahora, el gobierno japonés sigue prefiriendo el término "incidente" para la masacre en referencia a los crímenes indecibles del ejército japonés en Nanking, capital de China en esa época.
Hoy, luego del anuncio la inscripción, el Ministerio de Relaciones Exteriores japonés acusó a la Unesco de ser parcial y de politizar el tema.
Esa acusación es evidentemente una Ave María desesperado del gobierno de Japón nacionalista para mantener credibilidad y evitar la vergüenza, y es contradictoria a todos los hechos convincentes.
La decisión de la Unesco se da luego de un proceso de dos años en el que los expertos estudiaron rigurosamente las nominaciones con una actitud imparcial.