DES MOINES, Estados Unidos, 21 sep (Xinhua) -- La granja familiar de 4.000 acres en el estado central de Iowa donde Rick Kimberley, de 64 años, y su hijo cultivan soja y maíz, se encuentra a miles de kilómetros de China.
No obstante, la familia Kimberley, junto con muchos campesinos de Iowa, se están beneficiando de la creciente demanda china de productos agrícolas estadounidenses. Por eso siguen muy de cerca la visita de Estado del presidente chino, Xi Jinping, a EEUU entre el martes y el viernes.
"Sería bueno si pudiese, quiero decir si tuviese tiempo de venir otra vez a Iowa", dice Rick, que pertenece a la quinta generación familiar que administra la granja, situada en la localidad de Maxwell, y que recibió a Xi en su finca en febrero de 2012.
Y añadió: "Estoy seguro de que estará en Washington D.C., pero nos gustaría invitarlo a visitar Iowa. Nos gustaría tenerlo aquí... Soy consciente de que Iowa alberga mucho sentimiento hacia el presidente Xi y hacia China".
Según estadísticas del Consejo de Comercio EEUU-China, gracias al robusto mercado chino, las exportaciones al país asiático desde Iowa, principal productor de maíz, soya y carne de puerco en EEUU, totalizaron 2.900 millones de dólares en 2014, un aumento del 391 por ciento en comparación con los volúmenes registrados en 2005.
Aunque no está previsto que esta vez Xi realice una parada en Iowa, el gobernador de este estado, Terry Branstad, subrayó que se siente "muy orgulloso" de que su antiguo amigo Xi Jinping regrese a Estados Unidos en calidad del presidente de China.
En una reciente entrevista concedida a Xinhua, afirmó que "nos alegramos mucho de que el presidente Xi sea el líder de China, pues conoce bien Iowa y lo quiere. Estamos muy orgullosos de ser amigos de él".
"Incluso antes de que Xi Jinping asumiese la presidencia de China, ha sido un firme defensor del comercio y del desarrollo de las relaciones entre nuestros dos países... Bajo su dirección, esperamos que se mejore (en estos dos terrenos)", auguró el gobernador.
Para la empresa Sukup Manufacturing, un fabricante familiar de contenedores y secaderos de grano de Sheffield, en Iowa, una relación más sólida con China tiene sentido desde el punto de vista empresarial.
"China es, definitivamente, un gran centro de atención para nosotros... podríamos trabajar juntos en agricultura", explicó a Xinhua Steven Sukup, responsable financiero de la compañía. "Nos gustaría ser capaces de extender algunos de nuestros productos a las exportaciones a China e instalar algún depósito de grano".
Entre tanto, para Muscatine, una tranquila ciudad del estado de unos 20.000 habitantes a orillas del río Misisipi, China es algo más que un mercado en crecimiento.
La localidad tiene una relación especial con el país asiático desde 1985, cuando Xi, por aquel entonces funcionario de condado de la provincia septentrional de Hebei, encabezó a una delegación agrícola que la visitó.
"Sólo teníamos un intérprete así que no conseguimos decir demasiado, pero todos apreciamos su sonrisa y su autenticidad, así como el respeto que nos mostraba, su entusiasmo y su curiosidad por todo", rememoró Sarah Lande, ex directora ejecutiva del organismo Estados Hermanados de Iowa y una de las organizadoras del primer viaje de Xi a Muscatine.
Recordó que "mostraron una gran curiosidad por el río Misisipi. Xi, por supuesto, había leído las historias de Mark Twain... Nos habían dicho que Xi Jinping era un gran lector".
Veintisiete años después, durante su visita a EEUU como vicepresidente chino, Xi regresó a Muscatine para reunirse con sus viejos amigos de la ciudad.
Lande subrayó que China es ahora parte de su vida y añadió que continuará promoviendo la comprensión entre uno y otro pueblo.
"Estamos dispuestos a desarrollar relaciones amistosas con China, a establecer una auténtica relación de buenos sentimientos", coincidió con ella el alcalde de Muscatine, DeWayne Hopkins.
