TOKIO, 19 sep (Xinhua) -- La postura militar de Japón se ha vuelto potencialmente más peligrosa pues su primer ministro Shinzo Abe, revisionista histórico de línea dura, ahora tiene en la mano un botón de guerra activo, luego de que el Parlamento del país promulgó en las primeras horas de hoy leyes que podría llevar a Japón de nuevo a la guerra por primera ocasión en 70 años.
El rechazo a la postura de defensa de 70 años de Japón acabó en menos de tres años desde que Abe regresó al poder a fines de 2012. Pero esta extraordinaria eficiencia nunca ha sido utilizada por el primer ministro para revivir la economía japonesa, estancada desde hace 20 años, a pesar de que prometió dar prioridad a los asuntos económicos.
El primer ministro, quien actuó como el único defensor del Estado de derecho, impulsó la promulgación de esta legislación inconstitucional haciendo caso omiso al principio del Estado de derecho. Cerca del 90 por ciento de los principales expertos constitucionales del país consideran que la legislación de guerra viola la Constitución de Japón.
Aunque los opositores realizaron el viernes esfuerzos de último minuto para demorar la promulgación de la nueva legislación vinculada con la seguridad, la autarquía de Abe finalmente venció a la Constitución del país que renunciaba a la guerra y a la democracia nacional, luego de un mes de disputas políticas, a pesar de que los partidos de oposición recibieron el apoyo de la mayor parte del público japonés.
Irónicamente, el primer ministro admitió con anterioridad en una declaración emitida con motivo del 70° aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial que Japón "avanzó en el camino hacia la guerra" en los treinta porque su sistema político nacional no logró servir de freno para detener el militarismo del país.
Resulta deplorable que después de reconocer el error cometido por Japón hace más de 70 años, Abe esté decidiendo ahora repetir el mismo error.
Resulta notable que el 18 de septiembre de hace 84 años, Japón inició el Incidente de Manchuria que comenzó su brutal agresión contra China y que 84 años más tarde, el país encabezado por Abe haya traicionado la postura pacifista de 70 años y esté marchando de nuevo en el camino hacia la guerra con la misma bandera de la "defensa propia" que usó hace décadas cuando libró una guerra de agresión en países asiáticos.
Con la legislación que permite a las Fuerzas de Autodefensa de Japón participar en conflictos armados en todo el mundo, la vida de los civiles japoneses comunes y corrientes podría estar expuesta a peligros reales o ser objeto de ataques en zonas de guerra de todo el mundo.
Por otra parte, los países que tienen disputas con Japón o las víctimas de guerra de Japón deben estar atentos a la revisión de la postura defensiva del país pues ahora, al parecer, el sogún está sufriendo de amnesia histórica, ha pulido su manchada espada y está listo para empuñarla de nuevo a voluntad.
Ante el revisionismo histórico de la administración Abe y sus esfuerzos por impulsar la capacidad militar de Japón, los pueblos de la región del este de Asia tienen motivos para pedir a Japón que muestre transparencia en relación con su estrategia de seguridad con el fin de disipar la desconfianza generada por la contradicción entre las palabras y los hechos del país.