"Si una compañía logra consolidarse tanto en línea como fuera de línea, tiene el potencial para convertirse en el próximo Alibaba", dijo Han Weiwen, socio de Bain & Company.
Esto es lo que Alibaba hizo a inicios de este año cuando invirtió en Suning, un minorista con establecimientos físicos, apenas días después de que su rival JD.com comprara acciones en la cadena de supermercados Yonghui para una mejor logística y entrega.
La integración entre los servicios en línea y fuera de línea también está ayudando a los sectores de servicios fuera de línea poco desarrollados a mejorar drásticamente con el uso de Internet y el análisis de datos para ofrecer de todo, desde cenas, viajes y renta de casas hasta limpieza de casas y manicuras.
Inversionistas de capitales de riesgo de China y del extranjero han invertido cientos de miles de millones de dólares en nuevas aplicaciones.
Sin embargo, el panorama no es tan optimista. Las nuevas puestas en marcha enfrentan algunas dificultades para ofrecer sus servicios por las regulaciones vigentes. Las autoridades de transporte locales han advertido en repetidas ocasiones a compañías como Didi y Uber que sus servicios son ilegales porque no se permite a los automóviles particulares transportar pasajeros a cambio de dinero, según las normas vigentes. Algunos conductores han sido multados.
"El regulador no tiene la razón en todos los casos y la compañía tampoco la tiene en todos los casos. No es blanco y negro", dijo Walters. "Francamente, encontrar una solución tomará tiempo y habrá fricciones".
Aunque el mercado en línea representa el futuro del consumo en China, el terreno se está sobrepoblando con numerosas compañías sorprendentemente similares que se disputan la atención de los consumidores. Los analistas indican que la mayoría desaparecerá.
Los inversionistas están retirándose de algunas aplicaciones menos prometedoras que consideran que es poco probable que sobrevivan a la intensa competencia. Incluso Didi se fusionó en febrero con otra compañía, Kaidi, después de una costosa batalla de un año para convencer a los clientes de utilizar sus servicios.
"Siempre he dicho a mi personal que cada dólar que recibamos hoy de nuestros inversionistas tendremos que pagárselos algún día", dijo Cheng.