BEIJING, 5 sep (Xinhua) -- Cuando millones de personas de todo el mundo se horrorizaron por las fotografías del niño sirio de tres años de edad Aylan Kurdi sobre una playa turca y la enorme crisis humanitaria de refugiados que envuelve a Europa, debieron ver a través del hecho de que Estados Unidos es el principal responsable por todo ese desorden.
Las fuentes principales de refugiados en la actualidad --Siria, Libia, Irak y Afganistán -- son blancos de la intervención estadounidense, que condujo a la devastación, caos, deterioro de la seguridad doméstica y gran cantidad de desplazamientos. La gente de esos países ya no puede disfrutar ni de los derechos humanos básicos. Muchos de ellos no tienen otra opción más que huir por su vida, no sólo a los países vecinos sino a Europa.
De acuerdo con el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados, Antonio Guterres, más de 300.000 refugiados e inmigrantes se han aventurado a cruzar el Mediterráneo hacia Europa en lo que va de este año, y más de 2.600 no sobrevivieron a la peligrosa jornada.
Mientras que se acusa a los países europeos de indiferencia e incapacidad para enfrentar la crisis de refugiados, Estados Unidos, su aliado más cercano y causa principal de la crisis, parece no haberse dado cuenta que su obligación moral es ayudar a arreglar el desorden y trabajar para enfrentar la causa raíz del problema.
Siria es el país más reciente, luego de Irak y Libia, en convertirse en víctima de la intervención estadounidense en Medio Oriente. Luego de haber estado atrapada en una guerra civil declarada de cuatro años debido a la continua intervención occidental encabezada por Estados Unidos, el país se volvió la fuente más grande de refugiados en dirección a Europa en 2013, 2014 y la primera mitad de este año.
