HANGZHOU, China, 4 sep (Xinhua) -- El pescador Liang Yijuan tiene razones para sentirse orgulloso porque hace 73 años ayudó a rescatar a soldados británicos capturados por los japoneses.
"Jamás olvidaré la escena cuando se despidieron", dijo el hombre de 86 años de edad.
El anciano, quien ha vivido en Qingbang, un islote pequeño frente a las islas Zhoushan de China en la provincia oriental de Zhejiang, recuerda junto con otros pescadores el día en que la guerra llegó a su casa.
El 27 de septiembre de 1942, el "Lisbon Maru", un barco prisión japonés disfrazado de barco regular de carga, zarpó de Hong Kong hacia Japón luego de la caída de Hong Kong en diciembre de 1941.
Más de 1.800 prisioneros de guerra británicos quedaron atrapados en tres cubiertas inferiores cuando el barco fue atacado por torpedos de un submarino de Estados Unidos frente a las islas Zhoushan en Zhejiang.
BARCO A PIQUE
"Fue en el amanecer del 2 de octubre de 1942", narró Lin Agen, quien tiene cinco años más que Liang. "Escuchamos una gran explosión proveniente del mar", recordó.
La gente se apresuró a salir para ver qué ocurría y vio que el barco de 7.152 toneladas, sin el símbolo de la Cruz Roja como lo estipulan los acuerdos internacionales, estaba medio sumergido y seguía hundiéndose.
Los japoneses huyeron en un buque de guerra de Japón que los auxilió y dejaron a los prisioneros a su suerte.
La mayoría de los prisioneros estaban muy débiles para escapar. Los que derribaron las puertas de la cabina se enfrentaron a los disparos de los japoneses, y algunos saltaron al mar tratando de escapar.
"La evidencia histórica muestra que los japoneses tuvieron 24 horas para transferir a los soldados británicos, pero no hicieron nada para salvarlos", dijo Peng Xunhou, ex secretario general de la Asociación China para la Historia de la II Guerra Mundial.
Al menos 840 prisioneros británicos murieron en el hundimiento del barco, muestra la evidencia histórica.
RESCATE EN EL MAR
"De ojos azules, cabello rubio y piel blanca, así vimos a los extranjeros cerca del barco hundido y nos apresuramos a salvarlos", dijo Lin a Xinhua.
A pesar de los disparos de los japoneses, los 198 pescadores de la isla Dongji y de la cercana isla Miaozihu decidieron rescatar a los extranjeros. Con 46 botes pesqueros, hicieron 65 viajes entre la playa y el barco zozobrado. Lograron salvar a un total de 384 soldados británicos.
"Eramos muy pobres entonces y sólo teníamos pequeños botes de madera, por lo que fue difícil navegar rápido", dijo Lin con pesar. "Algunos fueron arrastrados por las olas antes de que pudiéramos salvarlos", contó con pesar.
Sin importar su pobreza, cada familia de pescadores les ofreció a los británicos pescado seco y papas dulces, además de arroz, el alimento más preciado en tiempos de guerra.
"Ellos no sabían cómo utilizar los palillos, y para mí fue muy interesante verlos comer con cucharas", recordó Liang. En esa época era un niño travieso y "jalé la barba de un hombre, él sólo me dio una palmadita en la cabeza sonriendo".
Los prisioneros salvados permanecieron en las casas de las familias de pescadores, mientras otros se fueron al Tempo Mazu, donde se veneraba al santo patrón del mar.
UNA ACCIÓN ARRIESGADA
Un día después del naufragio, aviones japoneses empezaron a lanzar bombas cerca del barco hundido. El 4 de octubre, cinco barcos de guerra sitiaron la isla y 200 soldados japoneses fueron enviados para buscar a los prisioneros británicos.
Todos los que fueron salvados por los chinos fueron recapturados por los japoneses y llevados a Japón, excepto el teniente de la Armada, J. C. Fallace, el diplomático W. C. Johnstone y el empresario A. J. W. Evans, quienes fueron transportados por los pescadores a un lugar seguro.
"Cuando los aldeanos discutieron dónde esconderlos, les sugerí una cueva cercana que había encontrado mientras jugaba en la montaña", dijo Liang, sonriendo con orgullo.
Los japoneses visitaban la isla con frecuencia y amenazaban con matarnos a todos nosotros si alguien trataba de esconder prisioneros, pero todos guardamos el secreto.
"Es un código moral entre la comunidad de pescadores que, a pesar de que haya rencores, siempre nos ayudamos unos a otros", dijo la hija de Liang, Liang Yinti. "Si alguien cae, un pescador lo rescatará sin importar nada".
Con la ayuda de los pescadores, los tres británicos lograron escapar hacia Chongqing, una ciudad interior en el suroeste de China, y dieron a conocer detalles sobre el "Incidente del Lisbon Maru".
"El me señaló y luego se señaló a sí mismo y se despidió antes de irse", comenta Liang de su último recuerdo del británico. "Pensé que trataba de decir que nos reuniríamos de nuevo cuando yo creciera", indicó.
Sin embargo, no hubo oportunidad de encontrarse, hasta 2005, cuando el veterano británico Charles Jordan fue a las islas Dongji, para llorar la muerte de sus camaradas y se reunió con los pescadores chinos.