BEIJING, 3 sep (Xinhua) -- El espectacular desfile militar de China que se está celebrando este jueves en la capital del país conlleva muchos mensajes, aunque todos de ellos parten de un punto básico: Beijing se mantiene firme en su búsqueda de un desarrollo pacífico.
Desde que China anunciara su plan de llevar a cabo un desfile militar para conmemorar el 70º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, se han desatado locas especulaciones, como que el propósito principal del país es exhibir músculo en un momento de incremento de las tensiones en el Mar Meridional de China y con el vecino Japón.
Esas conjeturas están totalmente erradas. China ha anunciado con franqueza que el desfile mostrará sus tanques, aviones, misiles y otros equipamientos militares avanzados, pero es precipitado e infundado concluir que ello tiene como objetivo intimidar a cualquier otro país.
Hay que recordar a los escépticos que es una vieja tradición que los países de todo el mundo desplieguen su último armamento de alta tecnología en desfiles militares.
En cuanto a la afirmación de que China intenta aprovechar el evento como un alarde de poder militar para infundir miedo, no es sino un sinsentido, ya que China siempre ha insistido en resolver las disputas a través de vías pacíficas y ha realizado varias iniciativas para aliviar la tensión.
El Ejército chino, de hecho, ha experimentado un rápido crecimiento de sus capacidades en los últimos años. No obstante, el poderío militar recién obtenido por China no es una razón para la alarma.
China sigue una política de defensa que es defensiva en su naturaleza; promete en sus libros blancos de defensa no atacar primero. Además, el Ejército chino siempre se sitúa en primera línea en las misiones humanitarias y de mantenimiento de la paz.
China, junto con otras muchas naciones en vías de desarrollo, se ha beneficiado del ambiente internacional en gran medida pacífico de las últimas décadas y ahora el país, decidido en la construcción de una sociedad moderadamente próspera antes del 2020, necesita un ambiente incluso más pacífico.
Una lección amarga que China aprendió de los 14 años de sufrimiento bajo la invasión japonesa es que la paz no se puede dar por sentada. La paz solo puede garantizarse cuando uno es suficientemente fuerte para defenderse por sí mismo.
Por lo tanto, aunque el desfile de Tian'anmen es, de hecho, una poderosa demostración del desarrollo militar chino, los cazas rugientes y los estruendosos tanques no pretenden hacer que otros países se sientan amenazados.
En cambio, están dando el mensaje al mundo en voz alta y clara de que China ama la paz y su poder militar sirve como una garantía efectiva de ello. Fin