ATENAS, 21 ago (Xinhua) -- Grecia ha caído de nuevo en la incertidumbre política y económica tras la renuncia del jueves por la noche del gobierno de izquierda del país.
Luego de que el saliente primer ministro Alexis Tsipras forzó a elecciones generales anticipadas en septiembre, el mejor de los escenarios es que esto acelerará la implementación del tercer programa de rescate.
En el peor de los escenarios, los esfuerzos por estabilizar la economía griega y por restablecer el crecimiento se verán frustrados de nuevo y el espectro del incumplimiento de pagos de Grecia y de su salida de la eurozona volverán si las sextas elecciones en cinco años no tienen como resultado un gobierno fuerte, estable y favorable a las reformas, advirtieron los analistas.
El saliente líder dijo el jueves que sentía que era su deber moral preguntar la opinión de los votantes sobre el doloroso, pero "necesario", acuerdo de rescate que su gobierno logró con los prestamistas internacionales.
Los críticos acusaron a Tsipras de tomar una medida arriesgada encaminada a resolver las disputas al interior de su partido. Entre ellos se encuentra el líder del opositor partido conservador Nueva Democracia, Evangelos Meimarakis, quien hoy recibió un mandato para tratar de formar un gobierno de coalición para el lunes con el fin de evitar nuevas elecciones.
Sin importar los verdaderos motivos detrás de la decisión de Tsipras de renunciar, la realización de nuevas elecciones apenas unos meses después de los comicios del 25 de enero que llevaron al partido de la izquierda radical Syriza al poder parece casi segura.
La votación de enero y recientes sondeos de opinión indican que hay dos fuerzas políticas dominantes: Syriza y Nueva Democracia. Sin embargo, ninguno de los dos parece capaz de asegurar una mayoría absoluta. Esto significa que sólo se podrá lograr la estabilidad a través de la cooperación, dijo en analista político Costas Iordanidis en un artículo publicado en el diario Kathimerini.
Iordanidis dijo que espera que se forme una gran coalición entre ND y Syriza para permitir que el programa de rescate produzca resultados tangibles.
En este caso, la implementación de las nuevas políticas de ajuste fiscal y las reformas estructurales del rescate a tres años de 86.000 millones de euros (97.600 millones de dólares) se realizarían sin tropiezos.
Por otra parte, importantes miembros de Syriza han dado a entender que al recurrir a las elecciones, Tsipras espera librar al partido de los rebeldes que se opusieron a su giro hacia el realismo y resurgir con más fuerza para gobernar.
Un total de 25 elementos de línea dura de Syriza se separaron hoy del grupo parlamentario del partido de 149 personas y formaron un nuevo grupo parlamentario contrario al rescate bajo el liderazgo del ex ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis. En declaraciones a la prensa, Lafazanis pidió unas horas más tarde "el fin de las extorsiones y los rescates" y el regreso al dracma.
Para el analista político Yorgos Karellias, cuando se lleven a cabo, las elecciones serán decididas, entre otros factores, por el desempeño del nuevo partido de izquierda que podría "robar" votos valiosos a Syriza.
Desde que Syriza se unió a las fuerzas a favor del rescate, el grupo contrario al rescate parece haber perdido terreno. Sin importar quién obtenga el primer lugar en las elecciones, lo más probable es que en esta ocasión el grupo favorable al rescate tenga una abrumadora mayoría en la nueva asamblea, indicaron comentaristas.
El principal elemento de preocupación para los analistas, quienes temen una mayor inestabilidad sin importar el resultado de las elecciones y la composición de la próxima coalición, es el deficiente desempeño de los partidos políticos griegos en cuanto a lograr consensos y cooperar durante mucho tiempo, señala hoy un editorial del diario Vima (Tribuna).
Con una coalición inestable y compleja, el próximo primer ministro griego batallará para implementar las políticas previstas por el nuevo rescate. En el mejor de los casos habrá demoras. En el peor de los casos, el programa podría estar en riesgo y resurgirían las dudas sobre si Grecia puede permanecer o no en la eurozona.
Se requerirá tiempo y grandes esfuerzos para restablecer la dañada imagen del país y la economía nacional, subrayó el comentarista político Panos Polyzoidis.
Pero el país no tiene el lujo del tiempo. Tras las prolongadas negociaciones de ocho meses sobre el actual rescate, la economía griega sigue padeciendo, entre otras cosas, el impacto de los controles de capital establecidos a fines de junio para evitar el colapso del sector bancario.
En octubre, Atenas enfrentará la primera revisión de las reformas que debe realizar a cambio de fondos vitales y el inicio de las conversaciones sobre la reducción de la deuda.
Las elecciones sin duda causarán demoras en los calendarios iniciales y la economía real pagará el precio de unas semanas más de incertidumbre. La única esperanza es que la inestabilidad de las elecciones no dure demasiado para que los esfuerzos por sanar la economía puedan reanudarse pronto.
