A pesar de la elevada densidad que superó en una ocasión el estándar permitido, la AEO indicó que el fenol volátil difícilmente afectará aguas cercanas, pero subrayó que el cianuro sigue siendo la amenaza más severa para el ambiente marítimo, capaz de matar una gran cantidad de peces y otra fauna marina.
La AEO mantiene una estrecha vigilancia y rastrea la diseminación del cianuro con un amplio alcance de monitorización y más sitios de toma de muestras, y prometió evitar que sustancias tóxicas entren al océano en cantidades significativas.
Dos explosiones sucedieron el miércoles pasado en una bodega que almacenaba cientos de químicos tóxicos, incluidas 700 toneladas de cianuro de sodio. El numero de muertos por el accidente asciende a 114, en el hospital siguen 692 y 57 desaparecieron.