Wang Dongsheng, jefe del instituto de protección nuclear, biológica y química del Comando del Área Militar de Beijing del Ejército Popular de Liberación de China, trabaja con especial atención en los peligrosos gases. El y el equipo técnico analizan el aire con aparatos de detección remota de nubes y monitorización móvil.
Wang mencionó que de jueves a viernes, los niveles de sulfuro de hidrógeno y de amoniaco descendieron significativamente en el área. Aunque la zona que ellos monitorizan está en el centro de la explosión, es segura, afirmó.
El número de muertos por el incidente se elevó a 56, entre ellos 21 bomberos, mientras que 721 personas han sido hospitalizadas, de las cuales 25 están en estado crítico y la situación de 33 es grave.