Y los fundamentos siguen siendo sólidos.
Aunque la economía es asediada por la débil producción industrial y un mercado inmobiliario deslucido, las medidas en el tercer trimestre, tales como la flexibilización monetaria y el apoyo fiscal, así como un sentimiento mejorado respecto a los bienes raíces, impulsarán la inversión en activos fijos.
Las exportaciones se están desacelerando, con una caída de casi 9 por ciento en julio, pero como las importaciones han caído aún más, no hay preocupaciones respecto al frente de superávit de la cuenta corriente.
China no está librando una guerra monetaria, simplemente está resolviendo una discrepancia. La revisión de la tasa de paridad central fue diseñada para volver al yuan más orientado al mercado y acorde con las expectativas del mercado. El tipo de cambio más bajo es sólo un subproducto, no la meta.