En muchas formas, los Juegos Olímpicos de Invierno ya han comenzado a cambiar la vida de la gente para bien cuando Beijing anunció su candidatura en 2013 con Zhangjiakou, una ciudad de la provincia vecina de Hebei.
El distrito Chongli de Zhangjiakou, donde alrededor de 50 medallas de oro serán ofrecidas en los eventos de nieve en 2022, se convirtió de un lugar pequeño desconocido cuyos residentes luchaban en la línea de la pobreza, en un destino turístico atractivo en sólo un año.
La mayoría de los residentes de Chongli, quienes jamás tuvieron la oportunidad de ver Beijing, a 200 kilómetros al sur de su hogar, descubrirán que es un viaje fácil --de alrededor de 50 minutos-- al corazón del país una vez que el tren de alta velocidad entre ciudades sea concluido en 2019.
De vuelta en Beijing, la ciudad anfitriona se prepara para limpiar su aire, e implementa un plan de cinco años a partir de 2013 que costará 130.000 millones de dólares para modernizar su sistema de calefacción, reducir las emisiones de automóviles y cerrar las plantas contaminantes. La vecina metropolitana Tianjin y provincias que incluyen a Hebei adoptaron medidas similares.
Un segundo plan quinquenal para mejorar la calidad del aire está siendo estudiado, de acuerdo con el alcalde de Beijing, Wang Anshun.
Cuando el COI entregó el derecho a ser anfitriona de los juegos 2022 a Beijing, convirtiéndola en la única ciudad en organizar las olimpiadas tanto de verano como de invierno, tomó una decisión segura y confiable, con el conocimiento de que los chinos estarán al nivel de las expectativas de principio a fin.
El presidente chino Xi Jinping ha otorgado todo el respaldo a la anfitriona Beijing, y reiteró la pasión de la nación por los juegos en un discurso en video transmitido durante la presentación final ante los miembros del COI el viernes.
Xi prometió que el pueblo chino "presentará al mundo unas Olimpiadas de Invierno fantásticas, extraordinarias y excelentes".
Nos vemos en Beijing en 2022.
