El panel explicó la forma en que la candidatura cumplía los principios de la Agenda Olímpica 2020, prometió unos juegos sostenibles, económicos y concentrados en los atletas, además de ofrecer mucho más: una oportunidad para promover los deportes invernales en el país más populoso del mundo, así como el ambiente bullicioso de una ciudad moderna y acción deportiva al pie de la Gran Muralla China.
El alcalde de Beijing, Wang Anshun, prometió organizar "unos juegos alegres y armoniosos, unos juegos que sean seguros y confiables", mientras que el jefe de Deportes de China, Liu Peng, afirmó que "la fiebre de los deportes invernales está barriendo nuestra nación" y añadió que más de un millón de adolescentes chinos ahora patina sobre hielo de forma regular.
"Ahora tenemos 500 centros para esquiar y hace 20 años teníamos menos de 10", dijo Liu.
Almaty, ex capital de Kazajistán, se retiró con elegancia. Su mensaje de unos juegos compactos con atmósfera y un escenario invernal no fue suficiente para ganar la sede.
Como un destino mundial para viajeros internacionales, Beijing ofrecerá unos juegos con alojamiento de clase mundial, transporte eficiente, gastronomía diversa y entretenimiento sin fin, combinados con la historia y belleza natural de los sitios para los deportes de nieve en Zhangjiakou y Yanqing.
Un transporte moderno, rápido y eficiente fue un elemento clave de la candidatura de Beijing 2022. Como una parte integral del Plan Maestro de Trenes Suburbanos Beijing-Tianjin-Hebei, la construcción de la vía férrea de alta velocidad Beijing-Zhangjiakou ya comenzó el año pasado y entrará en operaciones para inicios de 2019. De modo que los espectadores podrán disfrutar el paisaje de los deportes invernales y la vida de una ciudad cosmopolita y moderna en un mismo día.