Los observadores han descubierto que políticas como el control del crecimiento del crédito excesivo y la deuda de gobierno local han sido compensadas en parte por varias medidas selectivas para impulsar el consumo privado, la reactivación del sector de la vivienda y la inversión en infraestructura para evitar que el crecimiento se desacelere de manera abrupta. La creencia detrás de esas medidas es que un ambiente social estable hace que los esfuerzos de reestructuración sean más fáciles de llevar a cabo.
China debe enfocarse en afinar y hacer los ajustes estructurales de la macroeconomía para evitar la volatilidad que se produce con los cambios políticos abruptos, dijo Li Yining, un importante economista chino.
Pero la muy esperada reestructuración económica ha recibido más peso pues el gobierno redujo más la meta de crecimiento de este año a aproximadamente 7 por ciento, con lo que tiene más espacio para maniobrar en la adopción de reformas económicas para enfrentar los problemas estructurales duraderos, como la dependencia en las exportaciones de productos de bajo valor agregado.