BEIJING, 20 jul (Xinhua) -- En donde exista la corrupción habrá fuerzas que la presenten ante la justicia. Con la expulsión de Ling Jihua del Partido y la remisión de su caso a los fiscales, el Partido Comunista de China (PCC) ha dado un paso importante en su campaña contra la corrupción.
Las autoridades anunciaron hoy que Ling Jihua fue expulsado del PCC y retirado de su cargo público y los fiscales decidieron arrestarlo e iniciar una investigación sobre su presunto caso de corrupción.
El manejo de las infracciones de Ling demuestran la determinación del Comité Central del PCC de defender la disciplina del Partido y de mantener el Estado de derecho socialista.
Como el agua no tolera el fuego, el PCC no tolera la corrupción. Eliminar la corrupción es un requisito necesario para el manejo integral y estricto del Partido, así como de los miembros del Partido, y el deseo común de la gente.
La investigaciones han revelado que Ling aprovechó sus cargos para obtener beneficios para otros y que aceptó enormes sobornos a nivel personal y a través de su familia. También es sospechoso de obtener un gran número de secretos centrales del Partido y el Estado, en violación a las leyes y la disciplina, y de actos de adulterio con varias mujeres.
El caso de Ling hace sonar la alarma de nuevo en el sentido de que la línea trazada por la disciplina del Partido no puede cruzarse nunca y de que las reglas y reglamentos no deben tomarse a la ligera.
El caso de Ling también sirve para advertir que queda totalmente prohibido organizar facciones dentro del Partido, buscar el interés personal o realizar cualquier acto pretencioso o desmandado.
Todos y cada uno de los miembros del Partido, sin importar cuán experimentado sea o cuán elevada sea su posición, deben obedecer la disciplina y las reglas políticas del Partido. Para asegurar esto deben temer las leyes y los reglamentos, ser cautelosos en cuanto a sus palabras y hechos, mantenerse políticamente leales y consolidar su sentido de las reglas y la disciplina.
No debe haber duda alguna en cuando a la obediencia de las reglas y quienes violen la disciplina política, organizacional y financiera del Partido debe ser castigado con una actitud seria.
Desde el XVIII Congreso Nacional del PCC a fines de 2012, la nueva dirigencia ha estado librando una guerra intensificada contra la corrupción, lo que ha tenido resultados que han generado una nueva energía en su gobernanza y en el apoyo de la gente.
Pero la situación aún es dura y el Partido no puede darse el lujo de descansar hasta obtener la victoria final.