Al señalar que China y América Latina gozan de una espléndida antigua civilización y sirven como excelentes modelos de existencia armónica de diferentes culturas, y sugirió que las dos partes continúen respetando la diversidad de civilizaciones.
Además, pidió esfuerzos innovadores y valientes para construir una sociedad en la que las personas generen y compartan ideas creativas para que ambos produzcan riqueza material y satisfagan la búsqueda espiritual de sus pueblos.