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Especial: Farolitos vuelven a iluminar con arte y tradición a comunidad de occidente de El Salvador

spanish.news.cn| 2025-09-09 05:30:15|
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Por Douglas Martínez y José Gabriel Martínez

 AHUACHAPAN, 8 septiembre, 2025 (Xinhua) -- Imagen del 7 de septiembre de 2025 de una mujer encendiendo la vela de un farol durante la festividad del Día de los Farolitos, en el municipio de Concepción de Ataco, en el departamento de Ahuachapán, El Salvador. La noche cayó sobre la ciudad de Ahuachapán en el occidente de El Salvador y con ella una marea de luces coloridas transformó el domingo sus calles en un escenario vibrante con miles de farolitos de madera y papel de tonos brillantes que cubrieron balcones, aceras y plazas, al encender una de las tradiciones culturales más queridas del país. (Xinhua/Alexander Peña) 

AHUACHAPÁN, El Salvador, 8 sep (Xinhua) -- La noche cayó sobre la ciudad de Ahuachapán en el occidente de El Salvador y con ella una marea de luces coloridas transformó el domingo sus calles en un escenario vibrante con miles de farolitos de madera y papel de tonos brillantes que cubrieron balcones, aceras y plazas, al encender una de las tradiciones culturales más queridas del país.

Cada 7 de septiembre, los habitantes del occidente salvadoreño honran una costumbre que nació en 1850, vinculada a un terremoto que obligó a las familias a dormir en las calles, iluminándose entonces con candelas y rajas de ocote para alejar el miedo, según los historiadores.

Con el paso del tiempo, aquella práctica comunitaria en el país centroamericano, asociada también a una promesa religiosa en vísperas del Día de la Natividad de la Virgen María, se convirtió en un ritual de luz y color.

"El inicio de la tradición está vinculado con la naturaleza volcánica de este territorio, con la actividad sísmica", explicó el historiador local, Alberto Cruz, en entrevista con Xinhua.

Después de muchos días de temblores y réplicas, añadió, la gente recurrió a sus creencias religiosas y pidió a sus deidades que cesaran las réplicas, a cambio de prometer iluminar cada 7 de septiembre las casas y las calles de Ahuachapán.

La promesa se cumplió y con el tiempo cambió de forma, según comentó Cruz, quien recordó que al principio se usaban estacas de ocote encendidas, luego hojas de izote y más tarde farolitos artesanales con papel de colores.

"La tradición ha ido cambiando, pero lo importante es que se mantiene constante", subrayó el historiador salvadoreño.

El Día de los Farolitos es mucho más que una festividad religiosa, ya que en 2014 fue declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de El Salvador y año tras año convoca a más de 50.000 personas que arriban desde distintas partes del país y del extranjero.

Este 2025 han sido cerca de 100.000 los participantes, muchos de los cuales salieron a las calles de Ahuachapán el domingo a pesar de una lluvia pertinaz que no opacó el festejo.

La celebración se ha expandido a otros municipios del circuito turístico salvadoreño conocido como la Ruta de las Flores, entre ellos Ataco, Tacuba y Apaneca, lo que refuerza su papel como motor cultural y turístico.

En Ahuachapán, la preparación comienza semanas antes con familias enteras que diseñan estructuras que van desde figuras geométricas hasta representaciones artísticas, en las que cada farol refleja creatividad y orgullo comunitario, además de que para muchos es también es una oportunidad de volver a encontrarse.

"Para mí es una tradición bonita de mi pueblo natal, ya que permite que muchas personas vengan aquí y puedan pasear con su familia, traer a sus amigos y pasar una noche inolvidable", compartió la habitante Adriana Chicas.

"Me causa un poco de nostalgia porque este día mi familia siempre viene. Hacemos una cena y luego recorremos las calles para ver las estructuras que la gente ha hecho", agregó.

La atmósfera que envuelve la ciudad de Ahuachapán enciende la memoria colectiva con la ayuda de la música, las presentaciones artísticas y el murmullo de los visitantes, que se mezclan con la hospitalidad de los pobladores.

"Es una celebración muy hermosa que ha venido año por año y nos llena de alegría mantenerla", expresó Luis González, uno de los visitantes, quien agregó que "el ambiente está bien bonito y bien sano".

La importancia de la festividad no radica únicamente en su belleza visual, sino en su capacidad de unir generaciones, ya que niños, jóvenes y adultos participan en la confección de los farolitos, transmitiendo así la tradición.

El lema de este año, "Volviendo a la Tradición que Brilla", refleja el esfuerzo por rescatar la esencia comunitaria del evento.

Aunque la raíz religiosa sigue presente, el carácter cultural y turístico se ha convertido en el corazón de la celebración, en un marco en que el visitante puede disfrutar de conciertos, concursos y recorridos que muestran la creatividad y el ingenio salvadoreño.

Con más de siglo y medio de historia, los farolitos de Ahuachapán siguen iluminando las calles y el sentido de pertenencia, así como la identidad de quienes los encienden.

En cada llama que arde dentro de un farolito palpita la memoria de un pueblo que convirtió la adversidad en una tradición luminosa y perdurable. 

AHUACHAPAN, 8 septiembre, 2025 (Xinhua) -- Imagen del 7 de septiembre de 2025 de una mujer encendiendo la vela de un farol durante la festividad del Día de los Farolitos, en el municipio de Concepción de Ataco, en el departamento de Ahuachapán, El Salvador. La noche cayó sobre la ciudad de Ahuachapán en el occidente de El Salvador y con ella una marea de luces coloridas transformó el domingo sus calles en un escenario vibrante con miles de farolitos de madera y papel de tonos brillantes que cubrieron balcones, aceras y plazas, al encender una de las tradiciones culturales más queridas del país. (Xinhua/Alexander Peña)

AHUACHAPAN, 8 septiembre, 2025 (Xinhua) -- Imagen del 7 de septiembre de 2025 de una mujer sosteniendo faroles en la estructura de una vivienda durante la festividad del Día de los Farolitos, en el municipio de Concepción de Ataco, en el departamento de Ahuachapán, El Salvador. La noche cayó sobre la ciudad de Ahuachapán en el occidente de El Salvador y con ella una marea de luces coloridas transformó el domingo sus calles en un escenario vibrante con miles de farolitos de madera y papel de tonos brillantes que cubrieron balcones, aceras y plazas, al encender una de las tradiciones culturales más queridas del país. (Xinhua/Alexander Peña)

AHUACHAPAN, 8 septiembre, 2025 (Xinhua) -- Imagen del 7 de septiembre de 2025 de personas disfrutando de faroles frente a una bandera nacional salvadoreña durante la festividad del Día de los Farolitos, en el municipio de Concepción de Ataco, en el departamento de Ahuachapán, El Salvador. La noche cayó sobre la ciudad de Ahuachapán en el occidente de El Salvador y con ella una marea de luces coloridas transformó el domingo sus calles en un escenario vibrante con miles de farolitos de madera y papel de tonos brillantes que cubrieron balcones, aceras y plazas, al encender una de las tradiciones culturales más queridas del país. (Xinhua/Alexander Peña) 

AHUACHAPAN, 8 septiembre, 2025 (Xinhua) -- Imagen del 7 de septiembre de 2025 de mujeres tomándose fotografías con un teléfono celular, en un parque adornado con faroles, durante la festividad del Día de los Farolitos, en el municipio de Concepción de Ataco, en el departamento de Ahuachapán, El Salvador. La noche cayó sobre la ciudad de Ahuachapán en el occidente de El Salvador y con ella una marea de luces coloridas transformó el domingo sus calles en un escenario vibrante con miles de farolitos de madera y papel de tonos brillantes que cubrieron balcones, aceras y plazas, al encender una de las tradiciones culturales más queridas del país. (Xinhua/Alexander Peña)

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