（Fuente:Cortesía de Q Planet）
BEIJING, 15 jun (Xinhuanet) – “He venido aprendiendo a afrontar mis propios temores”, contó Wu Tong, fundadora y gerente de Q Planet, una empresa de servicios funerarios para mascotas.
Comienza con crear urnas de cenizas o lápidas artesanales para los acompañantes animales después de su fallecimiento. Ahora ayuda a los dueños de mascotas a coleccionar recuerdos a lo largo de la vida de sus amigos peludos (o no, en caso de reptiles) que, lamentablemente, suele ser más corta que la humana.
Fabrica cajas delicadas para guardar cabello, dientes o cualquier detalle del animal para atesorar la memoria compartida.
（Fuente:Cortesía de Q Planet）
La joven nativa de Beijing fundó la compañía en 2014, cuando su perra entró en la etapa madura de su vida.
“Ella tenía 9 años de edad cuando fundé la compañía. Ahora tiene 12 y sigue en plena forma”, narró la empresaria.
“Siempre ha sido mi principal preocupación cómo despedirme de ella cuando llegue ese día”, dijo. “Desde que ella alcanzara la vejez, he estado en angustia, teniendo miedo por su muerte inminente, y a menudo me quedaba perdida en los pensamientos sobre qué hacer cuando eso sucediera”.
“Ella es tranquila y prefiere quedarse en casa que salir a pasear. No querré enterrarla afuera”, dijo. “Tampoco querré usar urnas para personas porque son feas y deprimentes”.
（Fuente:Cortesía de Q Planet）
Ella insiste en que las urnas deben presentarse de manera simpática y tierna: Aunque no dan consuelo, tampoco asustan.
Se puso a hacer diseños propios. “Se puede decir que con la marca de Q Planet, pretendo buscar la manera de lidiar con ese profundo miedo por pérdida. Quizás dentro del proceso de crear una y otra cajas, se me cambiará el significado de ese tema aterrador”, explicó.
“Al principio, sólo quería ayudarme a mí misma”, sostuvo, llamándolo el capítulo uno de la historia.
Durante tres años, Tong diseñó más de 800 cajas conmemorativas y ceremonias funerarias para mascotas fallecidas y sus dueños. Cada uno de los encuentros se ilustra con amor, lealtad, risas cotidianas y lágrimas casi inevitables en el final.
“Si estas cajas sirven de un fuente de dulzura en los días venederos, y pueden ayudar a la gente a sobreponerse al dolor, será para mí una bonificación extra”, destacó.
