Por Luan Xiang
ANECDOTA 2: Fidel el gourmet
BEIJING, 16 ago (Xinhuanet) --Fidel Castro se conoce como un héroe e ídolo entre los partidarios de la Cuba socialista, y ha sido pintado como un villano en los medios de comunicación occidentales.
Pero como dicen, hay mil Hamlet para mil lectores de la obra, y tal vez debemos tener en cuenta la misma regla al hablar del legendario líder de la Revolución Cubana.
Algo sobre Fidel Castro que se sabe muy poco fuera del círculo de amistades cercanas es su cualidad sobresaliente de gastrónomo y cocinero, escribió Xu.
El ex Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Cuba siempre es un hombre alto, barbudo y frecuentemente vestido de uniforme militar de color verde oliva, con ojos profundos, una voz digna y los gestos expresivos...
Aunque usted no lo crea, este mismo hombre, en su vida privada, es reconocido por sus talentos en la cocina, reveló el ex embajador chino.
A Fidel Castro le gustaban los platos más singulares de la comida china, tales como el huevo songhua (preservado con cal, de color oscuro), el pescado agridulce, la “garra del fénix” (patas de pollo), -- las delicias amadas por los propios gastrónomos orientales.
Además, Fidel organizaba concursos de cocina entre los altos funcionarios del gobierno cubano, en los cuales también participaba activamente, tanto en calidad de competidor como de miembro del jurado.
Enterado de que Xu invitó a su hermano menor, Raúl Castro (actual presidente cubano) a cenar y le sirvió el intestino de cerdo guisado -- un plato de aroma fuerte y textura correosa --, durante su próxima reunión Fidel se fingía el gruñón y se quejaba a Xu por no haberlo incluído en la lista de invitados.
No pensaste en mí para disfrutar de las delicias, reprochó el entonces máximo líder de Cuba.
El embajador Xu y su señora son buenos chefs y les gusta cocinar para sus amigos cubanos. En algunas ocasiones Fidel mandó a sus huéspedes a la comida preparada por la embajada china, recordó Xu.
Pero bajo el cuidado personal de Fidel, el gobierno cubano siempre devolvía el favor con regalos abundantes: Aves, pescado -- a veces era trofeo del mismo líder cubano como pescador --, hasta un cerdo que pesaba 600 libras....
Eran ellos recursos de grave escasez en Cuba a causa del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, pero Fidel manejaba a brindar una vida más cómoda posible para sus amigos chinos, a pesar de mucha dificultad en frente.
Cómo alimentar a la población fue un tema crucial para el joven gobierno cubano de aquella época. Pero el personal de la embajada china en La Habana no sufría de hambre.
Para enriquecer su menú, los diplomáticos chinos trajeron desde la tierra natal semillas de unos vegetales y los cultivaron en el patio de la embajada, y un tipo de pepino chino fue introducido a los agricultores locales, y de allí llegó a la mesa de cena de la población cubana.
Fidel agradeció al cuerpo diplomático chino por el regalo y firmó el certificado para nombrar la planta “el pepino Xu Yicong”, en honor a su amigo, “el tigre menor”.
