BEIJING, 29 jun (Xinhua) -- El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) que ha dominado los titulares de los medios de comunicación durante meses dio hoy lunes un paso adelante clave con la firma de un acuerdo que esboza el marco legal y la estructura de gestión para la institución iniciada por China.

Delegados de los 57 futuros países fundadores del banco multilateral se reunieron hoy lunes en Beijing para asistir a la ceremonia de firma del BAII en el Gran Palacio del Pueblo, en el centro de la capital china. Australia fue el primer país en firmar el documento.

El acuerdo, que contiene 60 artículos, esboza la participación financiera de cada miembro, la elaboración de políticas, los sistemas de negocios y operativo y la estructura de gobierno. El BAII está diseñado para financiar la construcción de infraestructuras en Asia.

El BAII tendrá un capital autorizado de 100.000 millones de dólares. Los países asiáticos contribuirán con hasta el 75 por ciento del capital total y se les asignará una participación de la cuota basada en su tamaño económico.

China, India y Rusia son quienes tienen las tres participaciones más grandes, con un porcentaje del voto del 26,06 por ciento, el 7,5 por ciento y el 5,92 por ciento, respectivamente.

China no busca tener poder de veto en el banco, dijo el viceministro de Hacienda chino Shi Yaobin en una entrevista con Xinhua, en la que añadió que la participación del país y su porcentaje del voto en la etapa inicial son "resultados naturales" de las reglas actuales y pueden ser diluidos al irse uniendo más miembros.

El ministro chino de Hacienda, Lou Jiwei, señaló en la ceremonia del lunes que el nuevo banco mantendrá altos estándares y seguirá las reglas internacionales en su funcionamiento, elaboración de políticas y gestión para garantizar la eficiencia y la transparencia.

El BAII fue propuesto por el presidente chino, Xi Jinping, en octubre de 2013. Un año después, 21 naciones asiáticas, entre las que se incluían China, India, Malasia, Pakistán y Singapur, firmaron un acuerdo para establecer el banco, que tendrá su sede en Beijing.

Dado que el nuevo banco obtuvo el apoyo de países como Reino Unido y Alemania, la atención se ha centrado en gran medida en si Estados Unidos y Japón, la mayor y la tercera mayor economía del mundo, respectivamente, se unirán al club.

Al afirmar que Estados Unidos no se incorporará actualmente al BAII, el presidente estadounidense, Barack Obama, indicó en abril que su país espera colaborar con el nuevo banco de desarrollo, "al igual" que hace "con el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) y el Banco Mundial (BM)".

Pese a las preocupaciones de que un nuevo banco de inversión desafiaría el orden establecido respecto a los prestamistas multilaterales, el Fondo Monetario Internacional, el BM y otros importantes prestamistas globales han dado la bienvenida a la colaboración con la nueva institución para llenar un vacío en las infraestructuras en Asia.

Estadísticas del BAD muestran que entre 2010 y 2020 se requerirán alrededor de 8 billones de dólares de inversión en la región de Asia-Pacífico para mejorar las infraestructuras.

En lugar de ser un competidor, el nuevo banco complementará el actual orden económico internacional y permitirá a China asumir más responsabilidad global, reiteraron los funcionarios chinos.

El banco empezará a operar a finales del año bajo dos condiciones previas: que por lo menos 10 miembros futuros firmen el acuerdo y que el capital suscrito inicial no sea menos del 50 por ciento del capital autorizado.