BEIRUT, 1 jun (Xinhua) -- Hussein Dandashi, un refugiado sirio de nueve años de edad, está esperando afuera de una escuela de un distrito pobre de la ciudad portuaria de Trípoli, en el norte de Líbano, a que los estudiantes salgan de clases para ir a jugar fútbol con ellos.
"Trabajo en una tienda de abarrotes por la mañana para ayudar a mi familia a mantenernos", dijo a Xinhua Dandashi, quien huyó de la devastada ciudad de Tal Kalakh cerca de Homs, Siria.
La escuela es operada por una organización caritativa islámica que ha permitido que los niños sirios usen el patio para jugar por las tardes, explicó Dandashi.
Mientras se celebr el Día Internacional de la Infancia el primer día de junio, decenas de miles de niños sirios en Líbano atraviesan tiempos difíciles pues son privados de la educación y se ven obligados a unirse al mercado laboral para ganarse la vida.
Alrededor del 75 por ciento de los niños que están en las calles de Líbano son sirios, de acuerdo con las estadísticas más recientes de la Unicef y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).