Según el documento, es piedra angular de esa asociación que ambos países se apoyen mutuamente en soberanía nacional, independencia, integridad territorial, seguridad, desarrollo y otros temas relacionados con sus principales intereses y preocupaciones.
La declaración añade que ambas partes adoptarán medidas para aumentar el volumen comercial, mejorar la estructura comercial, incrementar la inversión mutua e impulsar la cooperación tecnológica entre los dos países.
Además, recuerda, las "tres fuerzas malignas" del terrorismo, el extremismo y el separatismo continúan amenazando la seguridad y la estabilidad en la región euroasiática. China y Bielorrusia, por eso, alentarán una cooperación más estrecha para luchar contra ellas, así como contra los delitos de narcotráfico, el tráfico de personas y otros crímenes organizados transfronterizos.
Los dos países declararon también su apoyo a la realización de reformas necesarias y razonables en la ONU y su Consejo de Seguridad.
Los países en desarrollo, concuerdan China y Bielorrusia, deberían tener una mayor voz en el Consejo de Seguridad, mientras que los países pequeños y medianos deberían tener más accesión al consejo de Seguridad de forma rotatoria.
En la declaración, ambas partes abogan por efectuar consultas integrales y democráticas para encontrar un paquete de soluciones a la reforma del Consejo de Seguridad teniendo en cuenta los intereses y preocupaciones de todas las partes, en vez de fijar una fecha para la reforma o aprobar mociones inmaduras de forma forzosa.
Manifiestan también su postura común sobre derechos humanos y, en este sentido, se oponen al doble rasero y a la politización del tema.
De acuerdo con la declaración, Xi invitó a Lukashenko a visitar a China cuando resulte conveniente para ambas partes.