La administración de Abe, a través de reinterpretar la Constitución en julio del año pasado, dio luz verde para que las fuerzas de autodefensa ejerzan la defensa colectiva, lo cual permite la participación de Japón en la defensa de sus aliados.
Antes, la Constitución japonesa de renuncia a la guerra permitía a las fuerzas de autodefensa utilizar la fuerza sólo si Japón era amenazado directamente. La medida enfrentó severas críticas dentro y fuera del país.
Fang Yan, un comentarista político chino en Nueva York, dijo a Xinhua que las nuevas directrices de defensa permitirán a Japón ampliar su fuerza militar e involucrarse en asuntos mundiales.
Las directrices "no sólo buscan contener la influencia de China, sino que también buscan defender la hegemonía de la alianza Estados Unidos-Japón en el este de Asia", indicó Fang. "Esto ayudará además a Estados Unidos en su presencia militar en el mundo".