Los tres países también instaron a sus ciudadanos a que salgan de inmediato de Yemen.
La situación de seguridad se deterioró en Yemen desde enero, cuando el grupo houthi chiita tomó el palacio presidencial en Saná tras enfrentamientos con los guardias presidenciales.
El presidente yemeni Abd-Rabbu Mansour Hadi y el primer ministro Khaled Bahah renunciaron a sus cargos el 22 de enero.
El 6 de febrero, el grupo houthi anunció una acción unilateral para disolver el Parlamento y formar un consejo presidencial para asumir el poder luego de que el presidente y el primer ministro de Yemen renunciaran. La acción fue rechazada por los partidos políticos yemeníes y condenada por los países árabes del Golfo.
El grupo houthi chiita, también conocido como Ansarullah, y con sede en la provincia del lejano norte de Saada, ha estado ampliando su influencia hacia el sur luego de firmar un acuerdo de paz y compartimiento de poder auspiciado por la ONU el 21 de septiembre de 2014.
Los partidos políticos del país y el grupo houthi reanudaron las conversaciones el lunes bajo la mediación del enviado de la ONU, Jamal Benomar, con el objetivo de hallar una solución pacífica a la crisis actual.
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