Al-Sisi visitó Rusia en dos ocasiones el año pasado, la primera como ministro de Defensa en febrero y la segunda como presidente en agosto.

En septiembre pasado, los dos países alcanzaron un acuerdo preliminar de armas por valor de 3.500 millones de dólares.

Los observadores creen que Egipto busca en estos momentos estrechar los lazos y aumentar la cooperación con Rusia como parte de la política exterior de este país del norte de Africa para equilibrar sus vínculos con las potencias mundiales.

Los analistas indican que la visita de Putin es considerada el inicio de un nuevo capítulo en la política exterior de Egipto, en especial después de que sus lazos con Estados Unidos se deterioraron luego de que el ejército depuso en 2013 al presidente islamista Mohamed Morsi.

Egipto fue uno de los aliados más cercanos de Rusia durante dos décadas, empezando en la década de los cincuenta, durante el período del fallecido líder nacionalista egipcio Gamal Abdel Nasser.

Sin embargo, las relaciones entre los dos países se congelaron en los setenta cuando el ex presidente Anwar al-Sadat cambió la política exterior y el alineamiento militar de Egipto hacia Estados Unidos poco después de la guerra de Egipto con Israel en 1973 y de la firma de un tratado de paz en 1979.