TOKIO, 29 ene (Xinhua) -- El Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón está intentando desesperadamente verificar la autenticidad de otro mensaje de audio que supuestamente pertenecería al rehén japonés Kenji Goto, secuestrado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), el cual está demandando que una terrorista iraquí condenada a muerte en Jordania sea traslada a la frontera con Turquía a cambio de la vida de un piloto jordano, que también ha sido raptado.
Previamente, el EI había difundido un vídeo con audio en el que un hombre, probablemente Goto, afirmaba que su vida no sería perdonada si Sajida al-Rishawi no era liberada. Esta miliciana fue encarcelada por su papel en una serie de ataques con bombas perpetrados en 2005 en la capital jordana de Amán, en los que murieron unas 60 personas. La terrorista fue capturada y llevada a prisión, ya que su cinturón suicida falló a la hora de detonarse.
En el último mensaje de audio, se puede escuchar a Goto insistiendo en que el piloto jordano, teniente primero Mu'ath al-Kaseasbeah, que fue capturado por el EI después de que su avión se estrellas en diciembre, sería asesinado inmediatamente si no se lleva a Sajida a la frontera con Turquía antes de la puesta de sol de este jueves, hora de Mosul.
Sin embargo, el potencial acuerdo de intercambio de prisioneros parece haberse vuelto un tanto confuso, ya que en un vídeo anterior Goto, mientras sostenía el cadáver que se cree pertenece a otro rehén japonés, Haruna Yukawa, dijo que el EI lo había decapitado porque Japón no pagó una petición de rescate de 200 millones de dólares estadounidenses en un tiempo máximo de 72 horas.
Tanto el gobierno en Tokio como representantes en Jordania se han esforzado por realizar contactos con el grupo miliciano, con el objetivo de negociar la liberación segura o presionar para una extensión de los secuestros. Sin embargo, el EI siguió adelante sin miramientos y decapitó a Yukawa, culpando al primer ministro, Shinzo Abe, y a Japón por su apoyo financiero a los países contrarios al EI, comprometido en un discurso pronunciado por Abe en El Cairo en el marco de su gira por Oriente Medio, que los observadores creen que podría haber crispado al grupo miliciano.