BEIJING, 28 abr (Xinhua) -- En la cultura china, el número cien en general representa la idea de total o completo. Pero la caída de un centenar de "tigres" corruptos en el país no significa el fin de la lucha contra la corrupción.
China presentó el lunes una serie de medidas nuevas que darán más poder a los órganos de vigilancia contra la corrupción en su selección de dirigentes, como parte de las reformas para incrementar la autoridad de las agencias disciplinarias.
Las medidas otorgan a la Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD) más peso en la selección y evaluación de dirigentes de control disciplinario a nivel provincial y en empresas estatales clave.
Se espera que esas nuevas reglas den a los jefes de control disciplinario locales más autoridad y eliminen las limitaciones para vigilar a funcionarios de la misma posición.
Un día antes de las nuevas medidas, la prensa reportó que tres altos oficiales militares estaban siendo investigados por cargos de corrupción. Esto elevó a 102 el número de altos miembros del Partido Comunista de China (PCCh), funcionarios del gobierno y oficiales militares bajo investigación desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh.
A pesar de las actuales medidas severas en la lucha, aún ocurren violaciones sin escrúpulos. Esto muestra que la investigación y las sanciones no son suficientes para disuadir a los funcionarios corruptos y que la regulación de poder aún necesita mejorar.
En la lucha contra la corrupción, el PCCh no permite concesiones. La captura y sanciones firmes contra funcionarios corruptos y rebeldes, reforzará, no socavará, la confianza de los honestos entre las autoridades y el público en general.
El principio se mantiene sin cambio: mientras persistan las malas conductas, la cacería continuará implacablemente.