La ciudad meridional china de Shenzhen fue la que registró un mejor comportamiento, pues los precios de las casas crecieron un 41,4 por ciento, si bien este ritmo fue más moderado que el 47,4 por ciento de junio y el 54 por ciento de mayo.
Los precios en Shanghai y Beijing aumentaron el 33,1 y el 22,7 por ciento interanual, respectivamente, desde el 33,7 y el 22,3 por ciento de junio.
El municipio de Jinzhou, situado en la provincia nororiental china de Liaoning, experimentó la mayor caída en los precios: un 3,8 por ciento interanual, que sigue al 3,5 por ciento de junio.
En cuanto a las casas existentes, 51 ciudades reportaron incrementos mensuales de precios en julio y otras 12 descensos, mientras que en junio fueron 48 y 14, respectivamente.
El mercado de viviendas de China comenzó a recuperarse en la segunda mitad de 2015 después de haberse enfriado durante más de un año a raíz de las medidas gubernamentales de apoyo tales como los recortes de los tipos de interés y la reducción de los requisitos mínimos de depósito.
Sin embargo, la recuperación del sector ha sido desigual entre las ciudades, ya que las áreas económicamente poderosas han experimentado fuertes subidas de precios, mientras que las menos desarrolladas todavía tienen enormes bolsas de casas sin vender.
Este contraste ha obligado a las autoridades locales a adoptar diferentes estrategias: Shenzhen y Shanghai han intensificado las políticas para controlar las compras especulativas y contener los riesgos de burbujas, mientras que las ciudades de tercera y cuarta clase están explorando nuevas formas de estimular las ventas.