Todo parecía para Argentina, incluyendo el estadio, abarrotado con unos 15 mil aficionados que cruzaron la cordillera y que hacían a los albicelestes sentirse en casa.
Sin embargo en el segundo tiempo los dirigidos por Ramón Angel Díaz decidieron cambiar la historia. Primero fue un golazo de Nelson Haedo Valdez, quien a los 60 minutos de juego mediante un tiro esquinado imposible para Sergio Romero instaló la incertidumbre.
Segundo y final, un acierto de Lucas Barrios, quien saltó de la banca para al minuto 89, cuando el partido agonizaba poner el 2-2, desatar el delirio paraguayo.
El técnico argentino Gerardo Martino movió sus fichas y puso al "apache" Carlos Tévez, quien malogró en tiempo adicional el gol del triunfo, al desviar un cabezazo en inmejorable posición, el empate pareció justo en el trámite, con un tiempo repartido por equipo.