Por Luan Xiang
BEIJING, 15 ago (Xinhuanet) -- Con doce años de edad aparte, Xu Yicong, el primer embajador chino ante Cuba, y Fidel Castro, el máximo comandante en jefe de la Revolución Cubana, comparten el horóscopo chino del tigre.
Fidel a Xu lo llamaba “el tigre menor”, y a sí mismo, “el tigre mayor”.
Los chinos de la Antigüedad creían en que, a base de la teoría de los cinco elementos, el año de nacimiento y el horóscopo que lo correspondía ejercerían una influencia en la formación de la personalidad de cada individuo.
Fidel Castro y Xu Yicong, los dos ‘tigres’, habiendo encontrado en sus caracteres algo en común -- o tal vez no, pero muy probablemente sí -- crearon una amistad hermosa que no se olvidará por la historia.
ANECDOTA 1: Fidel el experto de la guerrilla china
Fidel Castro tiene una memoria increíble y un conocimiento profundo de la revolución china liderada por el Partido Comunista de China, narró el embajador chino.
Xu recién publicó un libro titulado “Mis 16 primeros con Fidel”, para conmemorar su amistad personal con el legendario líder cubano que duró más de medio siglo.
A Xu le impresionaba Fidel Castro por tener una memoria eidética y una capacidad extraordinaria de intelectualidad.
Cuando se encontraban los dos, solía terminar pareciendo una sesión de preguntas y respuestas: Fidel era curioso por los detalles de la historia de China, la revolución encabezada por el Partido Comunista y la construcción del socialismo en el país asiático, y se acordaba con precisión los datos o hechos que Xu le contaba.
Durante una conversación, cuando Xu le explicaba al líder de la guerrilla de la Sierra Maestra el desarrollo de la guerra de la liberación nacional de China y la batalla clave de la travesía del Río Yangtsé, un evento histórico cuyo triunfo se condujo a la fundación de la República Popular.
Por la batalla de la travesía del Río Yangtsé se habían establecido tres sedes de comando en la frente, ¿dónde se ubicaban? ¿Quiénes eran los respectivos comandantes de cada sede?
-- Preguntó Fidel.
El embajador chino no sabía cómo contestar y prometió consultar los archivos oficiales para darle la información.
“No hace falta que lo busques”, le dijo el estratégico guerrillero cubano. “Yo sé las ubicaciones de las tres sedes y sé quiénes eran los comandantes de cada sede”.
Para evitar que el diplomático se sintiese mal, Fidel continuó en elogio a Xu diciendo, “Veo que tienes un gran conocimiento de la historia de tu país y de las políticas de tu Partido, además de una comprensión correcta”.
“Quizás mis preguntas son demasiado concretas”, dijo casi en tono de consuelo. “No te preocupes”.
“Me dejó con mucha admiración y respeto por su conocimiento acerca de nuestro país y su gentileza en el diálogo, y me inspiró a seguir estudiando para prepararme en todo aspecto”, Xu escribió en su libro.