LA PAZ, 7 ago (Xinhua) -- Bolivia celebró hoy jueves el Bicentenario de sus Fuerzas Armadas con un considerable despliegue militar en la ciudad de Sucre, capital constitucional, donde el presidente Luis Arce instó a la institución castrense a reafirmar su compromiso con la democracia, el voto popular y la soberanía nacional.
"El diseño de la nueva política de seguridad y defensa del Estado deberá establecer como pilares y valores supremos la soberanía, democracia, integralidad, prospectiva y participación activa del Estado y las Fuerzas Armadas", destacó Arce en su discurso ante la presencia de altos mandos militares, autoridades del Ejecutivo y delegaciones extranjeras.
En la ceremonia central, el mandatario fue condecorado con la Medalla por el Bicentenario de las Fuerzas Armadas y la Condecoración Mariscal Andrés de Santa Cruz.
Durante su intervención, Arce sostuvo que las Fuerzas Armadas bolivianas están llamadas a enfrentar no solo amenazas convencionales, sino también riesgos contemporáneos como la ciberguerra, la manipulación informativa, el crimen transnacional y las guerras híbridas.
Consideró que el Bicentenario no debe ser solo un homenaje a la historia de Bolivia, sino el punto de partida hacia una "segunda y definitiva independencia" y el inicio de una transformación y reconciliación con el pueblo boliviano.
De igual forma insistió en la necesidad de proyectar una política de defensa estatal con visión de largo plazo, que abarque hasta el año 2050.
En esa línea, el presidente boliviano recordó que la protección del litio, las tierras raras, los hidrocarburos, la biodiversidad y los recursos hídricos de regiones como el Altiplano, el Chaco y la Amazonía debe constituir una prioridad en la nueva doctrina de defensa nacional.
El acto castrense se desarrolló en el marco del cierre del ciclo de la Agenda Patriótica del Bicentenario 2025, una hoja de ruta nacional que articuló durante la última década pilares estratégicos de desarrollo.
El Bicentenario de las Fuerzas Armadas coincidió con un momento políticamente tenso para Bolivia, marcado por disputas internas en el oficialismo y un calendario electoral que se aproxima con incertidumbre.
