ESTOCOLMO, 1 abr (Xinhua) -- La Unión Europea (UE) no consiguió cumplir su doble objetivo de que, para finales de marzo, estuvieran vacunados contra la COVID-19 el 80 por ciento de los trabajadores sanitarios y el 80 por ciento de las personas de 80 o más años.
Ninguno de los países que conforman el bloque europeo logró cumplir el doble objetivo, según datos publicados el miércoles por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
Solo cinco países de la UE y el Espacio Económico Europeo (EEE, que incluye a los países del bloque más Islandia, Liechtenstein y Noruega) administraron al menos la primera dosis de la vacuna a por lo menos el 80 por ciento del grupo de población de 80 años o más.
"El control del despliegue de la vacuna contra la COVID-19 en la UE/EEE muestra que el nivel de aceptación de la vacuna está aumentando, pero a un ritmo que hace que, para la mayoría de países, sea un desafío cumplir los objetivos de la UE", concluyó un informe técnico del ECDC publicado el lunes.
Islandia es el país más adelantado, con el 98 por ciento de trabajadores sanitarios vacunados. Además, completó la vacunación del 88,5 por ciento de los ancianos. Irlanda y Malta administraron la primera dosis al 90 por ciento de los ancianos, mientras Suecia y Finlandia comenzaron a vacunar a más del 85 por ciento de ese grupo etario.
Tres países, Dinamarca, Noruega y Portugal, tenían una tasa casi del 80 por ciento.
La mitad de los países de la UE/EEE no han vacunado todavía al 60 por ciento de los ancianos. Entre ellos, Bulgaria, que solo ha inoculado al 5,1 por ciento de los mayores de 80 años. En el caso de algunos países, como Alemania y Países Bajos, no hay datos disponibles.
Según el informe técnico del ECDC, el incumplimiento de las metas se debe a varias razones y, entre ellas, la mayoría de los países han reportado problemas relacionados con el suministro y la entrega de vacunas.
Además del objetivo del 80 por ciento de vacunación en los dos grupos específicos, la Comisión Europea fijó en enero como meta que los Estados miembros tuvieran al menos al 70 por ciento de todos los adultos vacunados para el verano.
