ESPECIAL: "Los niños son los que sufren": familia hondureña camina a EEUU alentada por promesas de Biden

Actualizado 2021-04-01 05:49:02 | Spanish. xinhuanet. com

Por Luis Brito y Wu Hao

 Imagen del 30 de marzo de 2021 de un niño migrante en el interior de la Casa Tochan, en la Ciudad de México, capital de México. La Casa Tochan, que significa "nuestro hogar" en la lengua nativa de náhuatl, y que se encuentra ubicada en la Ciudad de México, capital de México, es un refugio para migrantes de Centroamérica que se dirigen a la frontera con Estados Unidos. (Xinhua/Xin Yuewei)

MEXICO, 31 mar (Xinhua) -- Desde que salieron de Honduras, Noemí y sus tres hijos menores han afrontado días de caminata y noches a la intemperie atravesando México con la esperanza puesta en poder entrar a Estados Unidos.

La madre y sus hijos forman parte de la actual oleada de miles de migrantes, muchos de ellos familias con niños, que buscan cruzar la frontera de Estados Unidos alentados, según expertos, por iniciativas del presidente Joe Biden de suavizar algunas restricciones migratorias.

"Sé que él va a hacer un cambio para nosotros, yo sé que sí", dijo a Xinhua la hondureña de 36 años, quien pidió no dar su nombre real por motivos de seguridad, y agregó: "Sabemos que hay una esperanza".

Noemí contó que partió con sus tres hijos, de 8, 12 y 16 años, su pareja y su cuñado desde la ciudad hondureña de San Pedro Sula en diciembre pasado, luego de que su casa y su negocio de dulces formaron parte de la devastación que los poderosos huracanes Eta y Iota causaron en Honduras.

Relató que vivían en una tienda de campaña en la calle cuando optaron por migrar porque Biden, que prometía un trato más humano para migrantes, reemplazaría al entonces presidente Donald Trump, cuyo gobierno aplicó duras políticas contra la migración irregular.

"Lo que quiero es tocar la puerta y ojalá, Dios quiera, tocar su corazón también y que nos pueda abrir esas puertas", expresó.

La familia ha descansado los últimos días en un albergue para migrantes en el oeste de la Ciudad de México, tras una travesía que ha implicado días de caminar y dormir a la intemperie desde que entraron al país por la frontera con Guatemala.

Noemí narró que ella migró hace casi dos décadas a Estados Unidos y trabajó como indocumentada por siete años hasta que la expulsaron, pero dijo que en esta ocasión sentía más pesado y espinoso el largo viaje hacia el norte porque sus hijos padecían el hambre y frío que el recorrido conlleva.

"Estuvimos durmiendo ocho días a la intemperie, mis hijos caminaron igual, como todos nosotros (...) Los niños son los que vienen a sufrir", apuntó Noemí, tras explicar que migraba con sus hijos porque por los huracanes no tenía casa donde dejarlos en su país.

Como ella, miles de centroamericanos y mexicanos se han dirigido este año hacia la frontera de México con Estados Unidos empujados en buena medida por la creencia de que el gobierno de Biden, comenzado en enero pasado, admitirá a los niños y las solicitudes de asilo.

La administración del demócrata suspendió algunas políticas de Trump, como la construcción del muro y un polémico programa que enviaba a solicitantes de asilo a México a esperar su proceso, pero ha mantenido un fuerte control migratorio en la frontera.

En febrero pasado, la Patrulla Fronteriza llegó a su cifra mensual de detenciones más alta desde 2019 tras sumar más de 100.000 personas arrestadas, incluidos casi 9.500 menores que migraban sin la compañía de un adulto, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).

El gobierno estadounidense ha dicho que mexicanos y centroamericanos adultos detenidos en la frontera están siendo expulsados a México, al igual que muchas familias, mientras que lidiaba con la atención para miles de niños que entraron solos y que han rebasado algunas instalaciones.

"Puedo decirlo claramente: no vengan", pidió Biden, durante una entrevista televisiva a mediados de marzo, ante el aumento del número de migrantes intentando cruzar la frontera.

La directora de Casa Tochan, un albergue en la capital mexicana, Gabriela Hernández, coincidió con analistas que han señalado que la nueva oleada migrante era empujada en parte por las propuestas de Biden, como una eventual reforma migratoria o cambios en materia de asilo.

Ubicada en un populoso vecindario, Casa Tochan es un albergue de larga estancia para solicitantes de refugio en México, pero desde febrero ha aceptado centroamericanos que se dirigen hacia Estados Unidos entusiasmados por la narrativa de Biden y necesitan cama una noche, expuso.

Igual que activistas y defensores, Hernández trata de convencerlos de que la frontera continúa cerrada o que en el caso de niños que migran solos se corre el riesgo de que sean dados en adopción, complicándose el reencuentro con los padres o parientes que viven en Estados Unidos.

"Mucha gente de paso, mucha gente ilusionada y engañada por los polleros (traficantes de personas), pensando que con niños pasan, pensando que es el momento de pasar", dijo a Xinhua la directora, también experta en migración.

México ha reportado que la localización de migrantes en el país creció 28 por ciento este año comparado con 2020 e inició un operativo de control en la frontera sur, mientras que en ciudades fronterizas con Estados Unidos centroamericanos acampan esperanzados en poder cruzar.

Hernández calificó de "discurso hipócrita" que se hable de buscar una migración ordenada y regular sin que se pongan en práctica medidas para lograrlo, al igual que las promesas de cooperación para el desarrollo en Centroamérica como respuesta a los flujos.

"¿Y entonces las personas que ya están en camino? ¿Y los desastres económicos que hay? ¿Y los desastres naturales en Honduras? Son circunstancias que no van a detener la migración y las políticas de cada gobierno creo que son las menos acertadas para realmente dar orden", abundó.

En escala en la capital mexicana, Noemí afirmó que en breve continuarían con su recorrido hacia Estados Unidos, aunque sin saber muy bien lo que harán una vez que lleguen a la frontera donde miles de personas han sido rechazadas este año como ocurría durante el gobierno de Trump.

"Viene uno con el sueño de que uno va a entrar, venimos positivos. Ya allá será otra cosa, no sabemos qué será, pero la idea de todos es llegar y querer entrar, claro", agregó la hondureña.

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ESPECIAL: "Los niños son los que sufren": familia hondureña camina a EEUU alentada por promesas de Biden

Spanish.xinhuanet.com 2021-04-01 05:49:02

Por Luis Brito y Wu Hao

 Imagen del 30 de marzo de 2021 de un niño migrante en el interior de la Casa Tochan, en la Ciudad de México, capital de México. La Casa Tochan, que significa "nuestro hogar" en la lengua nativa de náhuatl, y que se encuentra ubicada en la Ciudad de México, capital de México, es un refugio para migrantes de Centroamérica que se dirigen a la frontera con Estados Unidos. (Xinhua/Xin Yuewei)

MEXICO, 31 mar (Xinhua) -- Desde que salieron de Honduras, Noemí y sus tres hijos menores han afrontado días de caminata y noches a la intemperie atravesando México con la esperanza puesta en poder entrar a Estados Unidos.

La madre y sus hijos forman parte de la actual oleada de miles de migrantes, muchos de ellos familias con niños, que buscan cruzar la frontera de Estados Unidos alentados, según expertos, por iniciativas del presidente Joe Biden de suavizar algunas restricciones migratorias.

"Sé que él va a hacer un cambio para nosotros, yo sé que sí", dijo a Xinhua la hondureña de 36 años, quien pidió no dar su nombre real por motivos de seguridad, y agregó: "Sabemos que hay una esperanza".

Noemí contó que partió con sus tres hijos, de 8, 12 y 16 años, su pareja y su cuñado desde la ciudad hondureña de San Pedro Sula en diciembre pasado, luego de que su casa y su negocio de dulces formaron parte de la devastación que los poderosos huracanes Eta y Iota causaron en Honduras.

Relató que vivían en una tienda de campaña en la calle cuando optaron por migrar porque Biden, que prometía un trato más humano para migrantes, reemplazaría al entonces presidente Donald Trump, cuyo gobierno aplicó duras políticas contra la migración irregular.

"Lo que quiero es tocar la puerta y ojalá, Dios quiera, tocar su corazón también y que nos pueda abrir esas puertas", expresó.

La familia ha descansado los últimos días en un albergue para migrantes en el oeste de la Ciudad de México, tras una travesía que ha implicado días de caminar y dormir a la intemperie desde que entraron al país por la frontera con Guatemala.

Noemí narró que ella migró hace casi dos décadas a Estados Unidos y trabajó como indocumentada por siete años hasta que la expulsaron, pero dijo que en esta ocasión sentía más pesado y espinoso el largo viaje hacia el norte porque sus hijos padecían el hambre y frío que el recorrido conlleva.

"Estuvimos durmiendo ocho días a la intemperie, mis hijos caminaron igual, como todos nosotros (...) Los niños son los que vienen a sufrir", apuntó Noemí, tras explicar que migraba con sus hijos porque por los huracanes no tenía casa donde dejarlos en su país.

Como ella, miles de centroamericanos y mexicanos se han dirigido este año hacia la frontera de México con Estados Unidos empujados en buena medida por la creencia de que el gobierno de Biden, comenzado en enero pasado, admitirá a los niños y las solicitudes de asilo.

La administración del demócrata suspendió algunas políticas de Trump, como la construcción del muro y un polémico programa que enviaba a solicitantes de asilo a México a esperar su proceso, pero ha mantenido un fuerte control migratorio en la frontera.

En febrero pasado, la Patrulla Fronteriza llegó a su cifra mensual de detenciones más alta desde 2019 tras sumar más de 100.000 personas arrestadas, incluidos casi 9.500 menores que migraban sin la compañía de un adulto, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).

El gobierno estadounidense ha dicho que mexicanos y centroamericanos adultos detenidos en la frontera están siendo expulsados a México, al igual que muchas familias, mientras que lidiaba con la atención para miles de niños que entraron solos y que han rebasado algunas instalaciones.

"Puedo decirlo claramente: no vengan", pidió Biden, durante una entrevista televisiva a mediados de marzo, ante el aumento del número de migrantes intentando cruzar la frontera.

La directora de Casa Tochan, un albergue en la capital mexicana, Gabriela Hernández, coincidió con analistas que han señalado que la nueva oleada migrante era empujada en parte por las propuestas de Biden, como una eventual reforma migratoria o cambios en materia de asilo.

Ubicada en un populoso vecindario, Casa Tochan es un albergue de larga estancia para solicitantes de refugio en México, pero desde febrero ha aceptado centroamericanos que se dirigen hacia Estados Unidos entusiasmados por la narrativa de Biden y necesitan cama una noche, expuso.

Igual que activistas y defensores, Hernández trata de convencerlos de que la frontera continúa cerrada o que en el caso de niños que migran solos se corre el riesgo de que sean dados en adopción, complicándose el reencuentro con los padres o parientes que viven en Estados Unidos.

"Mucha gente de paso, mucha gente ilusionada y engañada por los polleros (traficantes de personas), pensando que con niños pasan, pensando que es el momento de pasar", dijo a Xinhua la directora, también experta en migración.

México ha reportado que la localización de migrantes en el país creció 28 por ciento este año comparado con 2020 e inició un operativo de control en la frontera sur, mientras que en ciudades fronterizas con Estados Unidos centroamericanos acampan esperanzados en poder cruzar.

Hernández calificó de "discurso hipócrita" que se hable de buscar una migración ordenada y regular sin que se pongan en práctica medidas para lograrlo, al igual que las promesas de cooperación para el desarrollo en Centroamérica como respuesta a los flujos.

"¿Y entonces las personas que ya están en camino? ¿Y los desastres económicos que hay? ¿Y los desastres naturales en Honduras? Son circunstancias que no van a detener la migración y las políticas de cada gobierno creo que son las menos acertadas para realmente dar orden", abundó.

En escala en la capital mexicana, Noemí afirmó que en breve continuarían con su recorrido hacia Estados Unidos, aunque sin saber muy bien lo que harán una vez que lleguen a la frontera donde miles de personas han sido rechazadas este año como ocurría durante el gobierno de Trump.

"Viene uno con el sueño de que uno va a entrar, venimos positivos. Ya allá será otra cosa, no sabemos qué será, pero la idea de todos es llegar y querer entrar, claro", agregó la hondureña.

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